Imágenes del silencio

Álvaro Rodríguez

Imágenes del silencio: 196 abrazos contra el olvido es una muestra de 196 retratos de personas que abrazan a sus seres queridos desaparecidos durante la última dictadura uruguaya. Este proyecto fotográfico de Anabella Balduvino, Elena Boffetta, Ricardo Gómez, Federico Panizza y Pablo Porciúncula auspiciado por el Centro de Fotografia de Montevideo, el Museo de la Memoria entre otras organizaciones establecen un diálogo semántico con la fotografía de desaparecidos en un formato de fotografía de identificación. La frontalización es la modalidad en la que proceden los servicios fotográficos de identificación y antropometría en el mundo.

Si bien los retratos no son de cuerpo completo, el retrato se ocupa de registrar frontalmente a los familiares vivos con la peculiaridad de subrayar un gesto de suma potencia: el abrazo al retrato del desaparecido. Los retratados abrazan a sus familiares desaparecidos y establecen un vínculo indiscutible en un acto de contrafichaje, un anti-mugshot que además de presentar la dignidad individual presentan las manos que se aferran al retrato del ser querido desaparecido. En otrorora las manos, algunos accesorios y la vestimenta eran índices de incriminación de clase u oficio, aquí son elementos de contención de la memoria. Otra particularidad de la muestra es su formato público, pues ha sido montada en la plaza Cagancha de Montevideo produciendo un memorial público de los desaparecidos y el reclamo a la ignominiosa desaparición del terrorismo de Estado.

En el marco de la conmemoración de la vigésima quinta marcha del Silencio en Uruguay Imágenes del silencio interviene el espacio público con esta muestra que demanda la verdad y la justicia para la ciudadanía uruguaya. Para saber más de “Imágenes del Silencio: 196 abrazos contra el olvido” pueden visitar el sitio del Centro de Fotografía de Montevideo CdF.

Álvaro Rodríguez es historiador

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  • Foto: Ricardo Antúnez / CdF
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Negativo 2B

Álvaro Rodríguez

Ya el ácido va envolviendo al negativo, estas placas inefables del amor superfluo, de la necesidad de casta, de la oficialidad identitaria, de la presentación frontal en el estudio con el mismo telón de fondo, del vidrio enmarcado para revelar a los deteriorados individuos del negativo 2B del Stars Archive (Studies in Tamil Studio Archives & Society). La impronta de la corrosión es la simbiosis entre el recuerdo y el olvido, no es todavía amnesia u obliteración visual, es un residuo intermedio de la imagen trastocada, es un estado interseccional, abstracto y contiguo de la indefinición corporal de una imagen resucitada en el revelado.

La fotografía en la India es tan extensa que no se puede reducir a un sólo archivo. Las colecciones fotográficas en Tamil Nadu en la India cumplieron una función social y comercial con implicaciones en la representación. La historia de los Nilgiris ha sido rescatada y preservada por un proyecto del gobierno francés y la British Library. El Instituto Francais Pondichery (IFP) y la Asociación Stars que restituyen a la historia de la fotografía en Tamil Nadu la imagen de los Nilgiris.

Los periodos en el que los investigadores de Stars han centrado su conservación y la digitalización con técnicas modernas va del periodo de 1870 a 1970. A finales del siglo XIX es un periodo donde además se estabilizó globalmente los métodos del retrato de identidad y la fotografía de identificación gracias a Alphonse Bertillon en París. Esta transferencia técnica pudo haber tenido su eco en las técnicas británicas del retrato de identidad.

Todo proyecto de conservación se debe ocupar de centenares de negativos, fotografías en placa de vidrio y positivos forman parte del fondo visual de Tamil Studio Archives & Society. A través de estas fotografías se da cuenta de la herencia cultural del vestido, de los gestos, las apariencias y los linajes de una pueblo tan diverso como el hindú. Algunos patrocinadores de este proyecto son la Fundación de Ciencias del Patrimonio (FSP), el Centro de Estudios de la India y Asia del Sur (CEIAS) y Exposure. Para saber más de este proyecto puedes visitar su sitio o sus redes sociales.

Álvaro Rodríguez es historiador

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STARS ARCHIVE
Negativo 2B

stars archive

Una maleta para el fin del mundo

Elizabeth Casasola

Muchos años atrás vi tus fotografías, había sido como si la luz cortara y rápidamente apareciera una cicatrización sobre todo mi cuerpo. La primera vez que te vi a ti, fue aun peor; me descolocaste, tu voz ahora causaba una herida en mis oídos. Tocaste cada pliegue de esas heridas… Seguimos intentado pensar que todo es normal, que la violencia, las manifestaciones, los gritos son comunes. Ya no duele nada. Incluso disfruto de las heridas que me estás causando.

Esa mañana hacía bastante frío, mi madre me había heredado hace muchos años, un abrigo de chinchilla, que extraño es pensarme envuelta en el cuerpo de muchos animales. La gente caminaba entre viajes naves industriales, buscando qué hacer, a veces solo platicar, otros como yo, buscaban ocultarse. Cada semana había un par de proyecciones en una de esas naves que aún olían a sangre del antiguo matadero y mercado de ganado que ahí había estado. Ni todo el cloro había alejado esos olores, la oscuridad de las naves era perfecta. Ahí estaba yo sentada entre las pieles viendo la proyección de un increíble paisaje del mar, la brisa del verano, la gente lo miraba tan lejano, apenas recuerdo la última vez que estuve en el mar. Apenas recuerdo la sensación de la arena. Apesta a sangre pero intento disfrutar de esta ensoñación del mar. Estoy sola en la nave ¿en qué momento Chris Marker se hizo real? 

Me gustaba esconderme en las salas de proyecciones aquellos días, ahí se guardaba todo lo que había sido el mundo. Una enorme filmoteca que lo contenía todo, solo deseaba que en mi retina se grabara la historia del arte, la historia de las imágenes. Ahí había imágenes de otras realidades. Ahí estaba la historia que podía ser contada, la mía estaba en silencio. La mía se guardaba, igual que tú te escondes detrás de la pequeña línea de tu boca. Esto se trata de amor, siempre se trata de amor. Sobre la imposibilidad de verbalizarlo por temor. La historia.

Te encontraba algunos días a la semana, siempre había gente con nosotros, sentía que me estorbaban, otras parecían espectadores de nuestras conversaciones, no interrumpían nuestras palabras, yo disfrutaba verte con apenas un poco de luz, como todo siempre ocurre entre tinieblas. A veces apenas podía dibujar la línea de tu rostro o tus manos, pero tú voz ahí estaba. Cuando la voz de alguien se siente con delicadeza, fuerza, dulzura, potencia, como un suspiro… quería abrazar ese suspiro para llenarme el alma. Pronto acababa todo y nos dispersábamos entre la noche, cogía un camino subterráneo rumbo a la casa. Es que no hay historia que contar, no había sucedido nada en particular, solo repentinamente empezó una explosión de energía tan hermosa que me hace quererte. Te quería porque mi espíritu me impulsaba hacia ti, por esa dulzura. 

Una mañana, de esas pocas donde aparecía el sol, quedamos de vernos. Pocas de esas antiguas naves industriales eran blancas como aquella, había un tragaluz en el centro y el sol era distinto ese día. Me senté en el piso bajo el rayo de luz y vi tus pinturas, vi esos paisajes que recordaban mi hogar. Recordaba las noches caminando en casa. Recordaba tanto y mis heridas se hacían cada vez más grandes pero tú no lo sabías, permanecía callada. Estaba tan en mi, hasta que la forma en la que estabas de pie, seco, tímido, más abstraído que yo me llamo la atención. Toda la luz que había ahí se fue. Eras la luciérnaga más tenue, la más silenciosa, tal vez la más ingenua. 

Empezaron los rumores de que había grandes aislamientos de personas, la comunicación se había cortado, una enfermedad empezaba a vagar por lo que sobraba de mucho, apenas semanas atrás nos habíamos librado de un nuevo estallido de guerra. Estaba yo tan lejos de mi verdadero hogar, más allá del océano. El único lugar húmedo cerca ahora entre mis piernas cada vez que él hablaba sobre las estrellas. Me estaba ahogando entre tanta humedad, en ese océano que él abría con sus palabras. 

Por unos días, mi palabra favorita era discrepar, siempre me la decía antes de darme la oportunidad de comentar algo. Me encantaba agregar cosas y decirle que era un poco tímido a las formas del arte. Esos encuentros siempre cortaban de manera tajante el ritmo de mi vida. Incluso me hacían olvidar el frío, el ambiente seco, el mundo muriendo. 

Una noche me fui sintiendo el calor de su boca en mis mejillas. Un par de besos de despedida cambiaron de forma. Sentía como si aún respirara en mi rostro, pero yo había huido. Siempre tengo ese impulso de correr. Lo que duró un segundo se convierte en mi recuerdo favorito. Ponerme de puntitas para intentar alcanzar su rostro, una vez, otra vez. No podía, sentía solo deseo. Nunca había experimentado tanto deseo por alguien, solo ver sus manos en el aire, como se mueves, lo sutil que era, la fuerza que tiene, quería respirar a tu ritmo, pero era insensato pedirlo. Huía para no volcarme sobre él, porque sobraba en su vida. 

Fue irresponsable de mi parte acercarme así, por lo que yo sentí entonces, pero a los pocos días, era casi ilegal tocar a alguien. Los contagios, la enfermad extraña había llegado. Cuando había llegado a este lugar, por muchos meses no sabía cómo era un saludo ni mucho menos un abrazo. Tarde un tiempo en hacer amistades y aunque tenía pocas, eran realmente hermosas, estábamos cercanas a pesar de las prohibiciones. Teníamos esa necesidad de cariño aún cuando eso nos costara la vida. Se había declarado una pandemia. 

Supe de otra sala de proyección, otro viejo lugar lúgubre, pero con una arquitectura distinta. La sala era tan grande, pero me senté lo bastante cerca y a mitad de la fila. Yo seguía abrazada a mi abrigo, pasaban el autorretrato de diciembre jlg/jlg y el libro de las imágenes. La vida se montaba cada vez como la esas múltiples explosiones de las que va Godard. Tantos ecos, tanto balbuceo. Veo las manos de JLG pasar las páginas de los libros y pienso en tus manos, tus brazos. Vuelvo a deslizarme por la noche una vez más, empiezo a disfrutar este extraño errar, voy por mi amiga para ocultarnos en otra proyección. Reímos y conseguimos un poco de alcohol. Dormimos pronto. 

Las personas parecían vivir encapsuladas ahora entre trajes que fomentaban alejarse, nos distanciaban, enormes campos de concentración de enfermos, si, otra vez. Estoy más cerca de esta pantalla lisa, de esta ansia de comunicarme con nadie. El scroll es una nueva caricia en las redes, donde puedes tocar a todo el mundo con reacciones. Ahí en ese scroll, encontré el cuerpo desollado, sin órganos, un hueco, como una vasija se tornaba el sobrante del cuerpo de quien había sido una mujer y había matado su pareja. La noticia venía de mi hogar, de tan lejos, un feminicidio más. El dolor estuvo conmigo durante varios días. 

Al par de semanas muchas mujeres en el mundo salieron a protestar con gritos, pintas, quemas. Las hogueras ardían hace tiempo en el corazón y las restricciones de estar cerca de alguien más no fueron escuchadas. Salimos con vehemencia en lo que sobraba de mundo, con lo que nos sobraba de fuerza. Para la noche siguiente muchos gobiernos parecían iniciar un toque de queda, se empezaron a paralizar incluso los trabajos, mi escondite en las proyecciones y todo aquello se paró.

Ese fue el último día que nos encontramos, pero ya no podía mirarle, no podía dirigirle la palabra. No era capaz de escribir, estaba llena de furia, de algún modo todo se volvió insoportable repentinamente. Siempre soy demasiado sensible. Ni siquiera era por saber que estabas casado, ni tus hijos. Eso hace siempre lo supe. Yo había dejado de hablar y el ruido de los otros ocupaba mi espacio, pero ni él ni yo lo soportábamos, que extrañeza cuando le dijo a alguien, ¿tu otra vez? A quien pedía hablar, jamás me había hecho eso a mi, ese día me pidió mi voz un par de veces pero nunca se la di, solo salía cuando a mi también me aturdía el ruido pero era para mi, no para él. 

Había descubierto tu oscuridad y tu luz, sentía que había podido llegar a lo más obsceno de ti sin siquiera tocarte. Tenía que huir. Tenía que escapar. Había un reloj de agua contando el tiempo. Las fronteras se estaban casi completamente cerradas.  

Una amiga me acompaño a hacer la maleta, y a pocas cosas les pongo nombre, pero se llamó la maleta para el fin del mundo. Estaba llena de la teoría general de la basura. Una pequeña maleta azul que cuidaría hasta llegar a la siguiente pared que estaba del otro lado del mar. Me fui como Walter Benjamin. Una noche escribiéndote un recado para decirte adiós.

Elizabeth Casasola  es artista visual y fundadora de La Editora

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Maleta
1 de agosto de 2015

La Cuarta emisión de Dixit Radio

En esta cuarta emisión Carlos Jager, Ericktool y Álvaro Rodríguez hacemos un balance del 2019 y platicamos de ciertas anticipaciones, preocupaciones, pero también algunas nostalgias de lo que fue este 2019. Síganos hablamos de la Cuarta Transgénero, de la Zapatilla y de otras delicias que nos dejó el año viejo.

Zona Tropical

Álvaro Rodríguez

19 grados, a veces 21 y cuando empieza a mermar la humedad y de regreso de unos sorbetes en la Pola de Santa Lucía, el Centro de Artes Visuales de Mérida nos da la bienvenida con una fachada de época, una pared descarapelada con sus herrerías oxidadas y sus maderas infranqueables, un piso de granito a cuadros que define la entrada hacia unas arcadas que delimitan el patio central, un lugar de una delicia lumínica y de calma chicha.

Es una fortuna tener a Rosa Arteaga curadora de Zona Tropical como guía de una muestra representativa de la actividad artística y fotográfica de toda la Península. Y no sólo de Mérida, también de Quintana Roo y Campeche, los fotógrafos y artistas visuales que participan de Zona Tropical,

“son una mirada sensible y atenta de la temperatura fotográfica de la zona”.

Los friches de Oso Sánchez son el ejemplo de como se puede producir desde la fascinación, desde la imaginación, la intervención inimaginable del paisaje. Su obra un igloo, una guarida poliédrica ahí abandonada en medio de un arroyo tropical, unas esculturas fantásticas deslocalizadas en los desiertos yucatecos o una figuras carcomidas por la humedad se reiteran en su serie fotográfica que además de coloridas son en extremo poéticas. Zona Rosa, el políptico de Alexa Torre nos golpea con esa liminalidad entre lo cursi y lo erótico del rosa, un paroxismo de coloración que tiñe los objetos cotidianos en un catálogo de sublimininalidades que estallan lo femenino en un ejercicio de reconceptualización y uso del género. Una mezcla también de personas de una trayectoria incontestable como la de Eduardo Arco y sus platas sobre gelatina que evocan el tiempo y las inscriben en otros linderos de la poesis visual. La mirada diversa y los puntos de vista sobre el campo y la visión del desarrollo agrícola de Robin Canul, también los retratos mágicos y espirituales de los pueblos originarios de Yucatán en papel algodón de Pedro Tec, el ensayo crítico de Anel Suaste en Fuji Instax, Veneno letal para el sistema, una intervención manual sobre el interior y el exterior del retrato, las obliteraciones de la imagen, los ácidos sobre el rostro sugieren la violencia con la que el medio puede aproximarse a fenómenos tan evidentes como la agresión física o la desaparición misma. Las escenas de tejidos imaginarios ya conocidas de Lizette Abraham que resultan de una delicia palatable para la mirada o bien, la reflexión sobre la fragilidad de la vida y la celebración catártica de la muerte en la serie A dónde vamos de Cuauhtémoc Moreno, son tan sólo algunos ejemplos de lo que en esta temporada podrán encontrar en el Centro de Artes Visuales de Mérida.

Visiten el CAV podrán darse un postre escópico y después degustar en el manjar blanco una triada de salbutes y platillos de la región que no les dejará una sola duda de que vivir el centro de Mérida va más allá de su estatus temperamental y gastronómico, sino de la gestión ejemplar y la digestión cultural.

Álvaro Rodríguez es historiador

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El bailarín como insurgente

Álvaro Rodríguez

Esta semana asistí con la especialista del performance Latino-canadiense Nuria Carton de Grammont Lara a ver la exposición Elements of Vogue, Un caso de estudio de performance radical en el Museo Universitario del Chopo. Fue una cita inesperada con el espacio expositivo en donde en su interior nos aguardaba una instalación enorme del artista Rashaad Newsome una suerte de espacio donde se celebrarán balls de voguin para iniciados y un primer loop Tongues United de Marlon T. Rigg nos recibía con un manifiesto gay de los años ochenta sobre la emancipación del cuerpo, un “hito de la representación masculina afrodiaspórica”. La historia del ballroom indisociable al arte afroamericano corre desde los años del jazz de los treinta y hasta las manifestaciones de las panteras negras en los 60s, transformándose en los años 70s, 80s y 90s y seduciéndonos con piezas de la escena perfomance desde David Hammons, los grabados de Glenn Ligon, a las representaciones subversivas de las Zapanteras de Emory Douglas, tres retratos de Marsha P. Johnson en polaroids de Andy Warhol y unas máscaras de Willie Cole hechas con zapatillas de voguing. Este recorrido es una revisión de una historia política de:

“los cuerpos criminalizados, racializados, medicalizados y castigados una y otra vez”.

Elements of Vogue, Un caso de estudio de performance radical

Pero al fin, visibilizados y reafirmados por la escena voguing, ahora internacional. Espacios atravesados por una incontable serie de elementos de las clases populares que giran la retórica de “la moda de los ricos” para hacerla suya y transformarla en un lenguaje cuyas frases se enuncian desde la tragedia, el cuerpo y el arte queer.

Elements of Vogue investiga cómo las minorías utilizan sus cuerpos para inventar formas disidentes de belleza, subjetividad y deseo”.

Elements of Vogue, Un caso de estudio de performance radical

La pieza del poeta Benji Hart, Dancer as Insurgent, 2017, fue un performance realizado ese año para la exposición Elements of Vogue en el CA2M en Madrid curada por Sabel Gavaldón y Manuel Segade y actualmente exhibiéndose en el Museo Universitario del Chopo. Este trabajo es importante para entender los elementos del performance radical y está dividido en varias pausas donde describe los elementos del Vogue, ahí se describen muy puntualmente las influencias y sus orígenes; expone la manifestación en el espacio, sus deudas y sus retroalimentaciones con otras culturas urbanas como el hip hop, sus formas de expresión y resistencia, sus posicionamientos públicos y políticos, sus formas enunciativas desde la memoria y el cuerpo, sus identidades, encarnaciones, apelativos y finalmente las doctrinas que figuran en un movimiento complejo de pose, postura y expresión en la batalla del baile. Así mismo se detiene en los procesos mentales de un bailarín, y sella con sus tesis. Aquí cifro algunas partes de su texto, recomendando seguir la cadencia de su poesía desde el performance:

Elementos estéticos del vogue

1. Confluencia en el espacio en el locking, el tutting, el lofting, términos que emergen de las escenas del Brodway, de las calles del Blooklyn, el funk, el house, el waacking, el b-boying, el uprok, el toprock

2. Puntos de adaptación, las películas de kung fu moving, donde podemos percibir la importancia de Carl Douglas, gimnasia, jeroglíficos, el ballet, la revista Vogue de la que se tomaron las poses y de donde el movimiento tomó su nombre, de las pasarelas de moda…

3. Formas afines de la batalla estética, el duelo de insultos (reading), las tradiciones afrocaribeñas: rumba, bomba, son, mambo, plena, salsa, mangulina, el stepping; los círculos de freestyle en el hip hop, el círculo “el punto focal de la energía”…

4. Lugares de origen, memoria geográfica colectiva, en las cárceles los convictos durante la Navidad se realizan concursos de belleza con plumas, la zona de los muelles, donde se pasean las reinas de los muelles, los jóvenes queer que se confrontan con los gays ricos de Lower East Side, las travestis negras que hacen sus propios concursos en el Harlem llamados “bailes” en “Central Park; Sally’s; Escuelita”…

5. Queers estetas, di sus nombres y nombrate a ti mismo…

6. Apelativos comunes: marica, chapero, gogo, destrozahogares, marica chistoso, en la burla; bakla, baing, pato, pájaro, invertido, buchota, pendejito, joto, maricón, masisi, chichi, batty bwoy, bujarra, sarasa, zorra, negra…

7. Doctrinas radicales: el baile como etnografía, la improvisación como baluarte contra el estancamiento; la forma como historia corporizada, memoria física; la batalla estética como compromiso metafórico con una lucha; el conocimiento como proceso y no como producto; el cuerpo queer como fuente del movimiento revolucionario, el baile urbano como arte de guerrilla, el recurso a la feminidad como resistencia ante lo patriarcal, la difusión cultural como desafío a la mercantilización, el movimiento físico como epítome de la práxis, el bailarín como insurgente…]

Procesos mentales de un bailarín

[…dirige tu mirada hacia el frente, entrega el baile como una ofrenda, se puede jugar con la simetría y la asimetría del cuerpo, el cuerpo es como un plano, afila tus cuchillos, el poder se puede entrenar, piensa en el fraseo físico como si fuese literal, olvidar la diferencia entre bailar y moverse, dejar que la música dirija tu movimiento, “cuenta una historia con las manos” Javier Ninja, deja que se revelen nuevas formas de moverse en tu cuerpo, imita y luego crea, crea algo a partir de la nada, refina tu oficio antes de ponerlo a prueba, los b-boys y beboppers y otros grandes artistas de la improvisación te preceden. Convierte el cuerpo en algo más que el lugar de deseo de otra persona, se fiero, se trata de localizar tu elemento propio y encarnarlo a toda costa, reivindica la belleza en el horror, evita repetir frases, romper el ciclo es radical, deja que las tareas diarias sean baile y has del baile una tarea diaria, lucha por existir como un ser completo, debes saber que los muertos caminan siempre contigo…

Somos unos desviados y ahí radica nuestro poder, el baile es memoria despertado en la batalla.

Al reelaborar el vocabulario del cuerpo queer y convertirlo en una fuente de poder personal y practicado, el vogue transforma el movimiento diario, en el cultivo clandestino de la energía revolucionaria, permitiendo a los que bailan hallar la fuerza en los espacios de debilidad y esperanza en lugar de desesperanza…]

Elements of Vogue, Un caso de estudio de performance radical estará hasta el 8 de marzo de 2020 en el Museo Universitario del Chopo.

Álvaro Rodríguez es historiador

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Gerard H. Gaskin, New York Awards Ball , Harlem, N.Y, 2005

Programa público

Historia de la Misoginia, Capítulo Uno

Álvaro Rodríguez

En el mundo de los objetos y las prótesis, los artefactos de anticoncepción tienen su historia genealógica situados en los instrumentos del castigo y la tortura, en las herramientas de la decisión y de la muerte. Quizá estas últimas las de la muerte extendidas y mucho más asistidas por una cierta mirada médica masculina que durante mucho tiempo controló y dominó los espacios de anticoncepción no siempre desde los lugares más asépticos y apropiados. Algunos otros espacios creados por mujeres que procuraron la atención inmediata en casos de urgencia y peligro. Estos espacios casi siempre clandestinos fueron perseguidos y destruidos desde mucho tiempo atrás. Las técnicas rudimentarias para atender un parto no deseado o un método anticonceptivo costo la muerte de muchísimas mujeres en camillas y sillas de exploración.

La muestra A History of Misogyny, Chapter One: On Abortion, and the repercussions of lack of acces que se presenta actualmente en el Centro de la Imagen fue presentada en 2016 en los encuentros de Arles y obtuvo el Premio de la Photo Madame Figaro-Arles y la beca Fotopress. El Fotolibro On Abortion cuidado por Dewi Lewis fue acreedor del Premio al mejor libro Aperture Paris-Photo y ha sido nominado al Deutsche Börse Award.

On Abortion muestra la primera parte de un trabajo más amplio sobre la Historia de la Misoginia una investigación visual de la artista multidisciplinaria barcelonés Laia Abril. On Abortion problematiza las condiciones históricas de precariedad con las que el aborto ha sido practicado. Los peligros inherentes a prácticas en extremo tortuosas y sumamente peligrosas que acompañan la muerte de 47, 000 mujeres cada año según esta documentación. Varillas, espinas vegetales y animales, astillas y palos, ganchos y perchas, pinzas y substancias, tubos y cordones forman parte de los instrumentos ilegales para realizar abortos. Fórceps y espéculos son algunos de los instrumentos que aún subyacen de la brutalidad obstétrica y simbolizan los objetos de invasión y perforación corporal que pueden contraer infecciones y la muerte. Los testimonios visuales y los relatos que recoge Laia Abril en esta investigación transportan al espectador por el profundo mundo de la intervención abortiva. Una silla de exploración se muestra en medio de una sala, lo que permite rodearla y situarse en el centro de estos espacios ambiguos de esperanza y dolor, de degradación y resilencia corporal. Laia Abril trabaja actualmente en dos proyectos:

Chapter two: On Rape, galardonado con el Visionary Award de Tim Hetherington Trust y que se exhibirá en Les Filles du Calvaire en 2020; y el Genesis Chapter: On Mass Hysteria, nominado al Prix Elysée”.

Fotocolectania

On Abortion. A History of Misogyny – Chapter One: ON ABORTION, and the repercussions of lack of access es una exposición cuidada y coordinada por Andrea Celda para el Centro de la Imagen que hace del Festival FotoMéxico un recorrido de enormes dimensiones reflexivas en estos tiempos de reacción falocéntrica patrialcal. On Abortion, pone en el centro de la discusión, la violencia psicológica y corporal que implica un tratamiento precario en los cuerpos de quienes han procurado su práxis.

Álvaro Rodríguez es historiador

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Textos en español de A History of Misogyny, Chapter One: On Abortion, Laia Abril.

On Abortion. A History of Misogyny – Chapter One: ON ABORTION, and the repercussions of lack of access , Centro de la Imagen, 2019.

Shunga

Álvaro Rodríguez

La pintura shunga es un género de producción visual japonés también conocidas como estampas de primavera o del mundo flotante, dibujos, estampas, grabados y xilografías donde el sexo es el paroxismo de la representación durante el periodo Edo (1603-1867), aunque estuvo regulada como material explícito, este género dominó la cultura popular impresa del japón con una sensualidad y soltura que las shunga se convirtieron en un material muy buscado y preciado por el pueblo.

En las imágenes de primavera los personajes cotidianos podían mantener relaciones sexuales de todo tipo, incluso con animales, seres fantásticos y monstruos de la mitología. Imágenes heterosexuales, homosexuales y zoofílicas, las shunga pueden considerarse imágenes antecedente de la pornografía oriental a fines del siglo XIX. Las shunga mostraban relaciones que podían despertar toda clase de ensoñaciones y fantasías de jóvenes inexpertos, de célibes y seguramente personas que por su condición mantenían relaciones onanistas o prohibidas. Las shunga se consideraron imágenes bellísimas llenas de colorido, de una experimentación en la hipertrofía de los órganos sexuales, del bestialismo, de las cavidades corporales, de los contactos y de las fornicaciones múltiples. Como las imágenes santorales, las shunga también podían ser consideradas imágenes muy potentes para proteger a los individuos de los incendios, acompañar a los samuráis en la soledad del servicio y de los abandonos de sus esposas y viceversa.

En la película de La Región Salvaje de Amat Escalante, uno de los principales actores del argumento de la película es un monstruo tentacular cuya función sexual tiene una referencia muy evidente con el célebre grabado de Katsushika Hokusai: El sueño de la esposa del pescador-Tako to ama, El ama y el pulpo- y que ilustró el libro Kinoe no komatsu en 1814 e influenció el filme Shindo Kaneto-Hokusai Manga mejor conocida como Edo Porn. La imagen tiene otro eco en la película de horror Possesion 1981 del director Andrzej Zulawski, donde un octopedo es la siniestra posesión de la fascinación sexual de la protagonista Anna (Isabelle Adjani).

Las shunga más allá de su sentido explícito, son imágenes muy potentes de la sensualidad, de lo extramarital y de la fantasía que produce lo copular, de manera que su gran éxito se debió al deseo reprimido que estalló en un mercado de consumo de imágenes sin precedentes. Artistas y pintores occidentales fueron aficionados y coleccionistas de estas imágenes, desde impresionistas hasta pintores abstractos como Picasso, las shunga fueron alimento para sus espíritus, bajo ese colorido que deslumbra en las xilografías de copulación, “lo oscuro esta por siempre”.

Álvaro Rodríguez es historiador

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Kinoe no komatsu 1814, de Katsushika Hokusai en British Museum

Mujeres Vinileras

Álvaro Rodríguez

Este sábado 7 de diciembre se celebra el primer aniversario del Colectivo Mujeres Vinileras, un colectivo de reciente formación, a penas en diciembre de 2018 donde Jennifer Rosado curadora y artista federó a un grupo de 33 mujeres que se han ido sumando a su paso como los colectivos Aquelarre de León Guanajuato y Witches Sound System de Cuernabaches.

Colectivo Mujeres Vinileras comienzan a tocar en lugares alternativos de la ciudad de México, desde su aparición en el Punto Gozadera, la escena se ha expandido a la ciudad de Oaxaca con un puch sonoro y asociativo encomiable. Las posibilidades retrofuturistas de las tornamesas, ponen en la mesa del play sonidos infinitos para el rock, el trip hop, salsa, reggea, cumbia, electro, disco, dancing, todas la varibles del pop y el dance hall.

“Pinchar no sólo dejar correr la pista”

El Colectivo ha participado en varios festivales y encuentros donde promueven el coleccionismo, la conservación, la técnica y el conocimiento y la apropiación tecnológica que les permite desarrollar toda clase de ejecuciones y performances con la música y sobre todo compartir experiencias y estrategias artísticas.

Pariciparán este sábado: Marisol Mendoza & Sol salsita MUSAS sonideras, Miss Nena, Bego, Albe & Catrina, Ciriaca, Sanky, Eduarda, VRTX, Hously, María Delirium, Isis Medusa, Mizz Andrew, Sonora Mulata, Cynthia Candelas, Jeni Janes, Alejaina, Terracota, Errante + Dj Invitada.

12 horas de música, 20 colecciones y 20 mujeres que seleccionarán música para un público amplio en el Jardín Juárez a partir de la 1 pm y hasta la 1 de la mañana.

Álvaro Rodríguez es historiador

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Marcianos vs Astronautas

Marcela Chao

Marsarchive.org es un proyecto que a través de un archivo colaborativo, actividades educativas de divulgación del conocimiento, así como colaboraciones artísticas, fomenta la reflexión entorno a las posibilidades, retos y cuestionamientos que plantea el planeta Marte.   

Como ya es tradición, este 14 de diciembre del 2019 se llevará a cabo la 3era posada marciana con la temática “Marcianos vs Astronautas” ¿Cuáles serán las consecuencias de este contacto? Para refexionar en torno al tema realizaremos un meet up con la presencia de la Mtra. Marión Alvez doctorante en astrobiología, el Lic. Dante Valdovinos experto en derecho espacial, la Mtra. en Ciencias Oriana Trejo quien hablará de las misiones científicas en el planeta rojo, así como del escritor y miembro del seminario de estéticas de la ciencia ficción Ramón López Castro quien nos dará un recorrido por la forma en la que la ciencia ficción ha abordado esta confrontación

Contaremos con talleres dedicados al público infantil y juvenil que estarán a cargo de la Asociación Ciencia y Cultura para Todos (ACCT) y Capicua quienes realizarán un taller de rovers de cartón y otro de narrativas ciencia ficcionales. 

En la parte musical, tocará la banda de minimal jazz y electrónica Juggernot  que creará paisajes sonoros salidos de una película de ciencia ficción mientras que los DJs, Manuel Horta, Felipe Q y Falzo nos pondrán a mover el organismo con funky planetario, disco y ritmos tropigalácticos. Por si fuera poco, contaremos con una estación de flash tattoo con temática espacial que realizará el tatuador @laratarey

Claro está que no podrán faltar nuestros villancicos, piñatas marcianas y el delicioso ponche rojo.

Los esperamos el sábado 14 de diciembre de 16:00 a 1:00 horas en El Nidal, ubicado en Nogal 275, Colonia Santa María la Ribera, Ciudad de México. 

Venta de boletos en:  https://bit.ly/382GWtf

Marcela Chao es astrofísica cuántica, directora de Marsarchive.org

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www.marsarchive.org

https://www.facebook.com/groups/marsarchive

PROGRAMA