Shunga

Álvaro Rodríguez

La pintura shunga es un género de producción visual japonés también conocidas como estampas de primavera o del mundo flotante, dibujos, estampas, grabados y xilografías donde el sexo es el paroxismo de la representación durante el periodo Edo (1603-1867), aunque estuvo regulada como material explícito, este género dominó la cultura popular impresa del japón con una sensualidad y soltura que las shunga se convirtieron en un material muy buscado y preciado por el pueblo.

En las imágenes de primavera los personajes cotidianos podían mantener relaciones sexuales de todo tipo, incluso con animales, seres fantásticos y monstruos de la mitología. Imágenes heterosexuales, homosexuales y zoofílicas, las shunga pueden considerarse imágenes antecedente de la pornografía oriental a fines del siglo XIX. Las shunga mostraban relaciones que podían despertar toda clase de ensoñaciones y fantasías de jóvenes inexpertos, de célibes y seguramente personas que por su condición mantenían relaciones onanistas o prohibidas. Las shunga se consideraron imágenes bellísimas llenas de colorido, de una experimentación en la hipertrofía de los órganos sexuales, del bestialismo, de las cavidades corporales, de los contactos y de las fornicaciones múltiples. Como las imágenes santorales, las shunga también podían ser consideradas imágenes muy potentes para proteger a los individuos de los incendios, acompañar a los samuráis en la soledad del servicio y de los abandonos de sus esposas y viceversa.

En la película de La Región Salvaje de Amat Escalante, uno de los principales actores del argumento de la película es un monstruo tentacular cuya función sexual tiene una referencia muy evidente con el célebre grabado de Katsushika Hokusai: El sueño de la esposa del pescador-Tako to ama, El ama y el pulpo- y que ilustró el libro Kinoe no komatsu en 1814 e influenció el filme Shindo Kaneto-Hokusai Manga mejor conocida como Edo Porn. La imagen tiene otro eco en la película de horror Possesion 1981 del director Andrzej Zulawski, donde un octopedo es la siniestra posesión de la fascinación sexual de la protagonista Anna (Isabelle Adjani).

Las shunga más allá de su sentido explícito, son imágenes muy potentes de la sensualidad, de lo extramarital y de la fantasía que produce lo copular, de manera que su gran éxito se debió al deseo reprimido que estalló en un mercado de consumo de imágenes sin precedentes. Artistas y pintores occidentales fueron aficionados y coleccionistas de estas imágenes, desde impresionistas hasta pintores abstractos como Picasso, las shunga fueron alimento para sus espíritus, bajo ese colorido que deslumbra en las xilografías de copulación, “lo oscuro esta por siempre”.

Álvaro Rodríguez es historiador

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Kinoe no komatsu 1814, de Katsushika Hokusai en British Museum

Mujeres Vinileras

Álvaro Rodríguez

Este sábado 7 de diciembre se celebra el primer aniversario del Colectivo Mujeres Vinileras, un colectivo de reciente formación, a penas en diciembre de 2018 donde Jennifer Rosado curadora y artista federó a un grupo de 33 mujeres que se han ido sumando a su paso como los colectivos Aquelarre de León Guanajuato y Witches Sound System de Cuernabaches.

Colectivo Mujeres Vinileras comienzan a tocar en lugares alternativos de la ciudad de México, desde su aparición en el Punto Gozadera, la escena se ha expandido a la ciudad de Oaxaca con un puch sonoro y asociativo encomiable. Las posibilidades retrofuturistas de las tornamesas, ponen en la mesa del play sonidos infinitos para el rock, el trip hop, salsa, reggea, cumbia, electro, disco, dancing, todas la varibles del pop y el dance hall.

“Pinchar no sólo dejar correr la pista”

El Colectivo ha participado en varios festivales y encuentros donde promueven el coleccionismo, la conservación, la técnica y el conocimiento y la apropiación tecnológica que les permite desarrollar toda clase de ejecuciones y performances con la música y sobre todo compartir experiencias y estrategias artísticas.

Pariciparán este sábado: Marisol Mendoza & Sol salsita MUSAS sonideras, Miss Nena, Bego, Albe & Catrina, Ciriaca, Sanky, Eduarda, VRTX, Hously, María Delirium, Isis Medusa, Mizz Andrew, Sonora Mulata, Cynthia Candelas, Jeni Janes, Alejaina, Terracota, Errante + Dj Invitada.

12 horas de música, 20 colecciones y 20 mujeres que seleccionarán música para un público amplio en el Jardín Juárez a partir de la 1 pm y hasta la 1 de la mañana.

Álvaro Rodríguez es historiador

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Marcianos vs Astronautas

Marcela Chao

Marsarchive.org es un proyecto que a través de un archivo colaborativo, actividades educativas de divulgación del conocimiento, así como colaboraciones artísticas, fomenta la reflexión entorno a las posibilidades, retos y cuestionamientos que plantea el planeta Marte.   

Como ya es tradición, este 14 de diciembre del 2019 se llevará a cabo la 3era posada marciana con la temática “Marcianos vs Astronautas” ¿Cuáles serán las consecuencias de este contacto? Para refexionar en torno al tema realizaremos un meet up con la presencia de la Mtra. Marión Alvez doctorante en astrobiología, el Lic. Dante Valdovinos experto en derecho espacial, la Mtra. en Ciencias Oriana Trejo quien hablará de las misiones científicas en el planeta rojo, así como del escritor y miembro del seminario de estéticas de la ciencia ficción Ramón López Castro quien nos dará un recorrido por la forma en la que la ciencia ficción ha abordado esta confrontación

Contaremos con talleres dedicados al público infantil y juvenil que estarán a cargo de la Asociación Ciencia y Cultura para Todos (ACCT) y Capicua quienes realizarán un taller de rovers de cartón y otro de narrativas ciencia ficcionales. 

En la parte musical, tocará la banda de minimal jazz y electrónica Juggernot  que creará paisajes sonoros salidos de una película de ciencia ficción mientras que los DJs, Manuel Horta, Felipe Q y Falzo nos pondrán a mover el organismo con funky planetario, disco y ritmos tropigalácticos. Por si fuera poco, contaremos con una estación de flash tattoo con temática espacial que realizará el tatuador @laratarey

Claro está que no podrán faltar nuestros villancicos, piñatas marcianas y el delicioso ponche rojo.

Los esperamos el sábado 14 de diciembre de 16:00 a 1:00 horas en El Nidal, ubicado en Nogal 275, Colonia Santa María la Ribera, Ciudad de México. 

Venta de boletos en:  https://bit.ly/382GWtf

Marcela Chao es astrofísica cuántica, directora de Marsarchive.org

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https://www.facebook.com/groups/marsarchive

PROGRAMA

Dixit Radio – Entrevista a Amat Escalante

En ésta emisión de Dixit Radio conversamos con Amat Escalante director de la película La Región Salvaje (2016) y con Itala Schmelz Herner organizadora del Ciclo de Cine Latinoamericano del Segundo Encuentro de Estéticas de la Ciencia Ficción 2019 en la Cineteca Nacional. Una charla donde Amat nos confiesa algunos de los secretos que envolvieron la producción de su multipremiada película y algunos vínculos e influencias con maestros de la cinematografía contemporánea.

Pueden consultar el programa del Ciclo de Cine Latinoamericano de Ciencia Ficción aquí.

La estética de la ciencia ficción

Álvaro Rodríguez

El día de mañana se darán cita un grupo de especialistas, fans y conocedores del universo de las estéticas de ciencia ficción en México y Latinoamérica.

“En el marco del centenario luctuoso de Amado Nervo, pionero de la ciencia ficción mexicana, y los cien años de la publicación de Eugenia de Eduardo Urzaiz Rodríguez, una de las primeras novelas de ciencia ficción escritas en el país”. ..

2do Encuentro de Estéticas de Ciencia Ficción 2019.

… se organiza el segundo encuentro de estéticas de la ciencia ficción que promete además de un rico espacio destinado a charlas y conferencias magistrales sobre la línea continua de las representaciones y los procesos estéticos de la ciencia ficción en México (como un conjunto epistémico que permea otras latitudes), también se presentará en la Cineteca Nacional un ciclo destinado a la producción cinematográfica de la ciencia ficción latinoamericana en donde veremos: La región salvaje de Amat Escalante, Ovnis en Zacarpa del guatemalteco Marcos Machado Loria, Branco Sai, Preto Fica de Adirley Queirós de Brasil o Adiós querida luna de Fernando Spiner entre otras.

El seminario y encuentro de ciencia ficción en México que coordina Amadis Ross González y Loreto Alonso Atienza se antoja para una media semana llena de sorpresas, intercambios y producciones en el Cenidiap, Centro Nacional de las Artes, los días miércoles 27 al viernes 28 desde las 10 am y el sábado 29 el ciclo proyectado en la Cineteca Nacional. La entrada será libre y todo está listo para viajar al retrofuturo y al más allá.

Álvaro Rodríguez es historiador

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PROGRAMA

2do Encuentro de Estéticas de Ciencia Ficción 2019 / CENART

André, El Gigante

Oscar G. Hernández

Esa delgada línea entre ficción y realidad, es lo que atrae y seduce a las masas de seguidores para formar parte de algo mayor: la lucha entre el bien y el mal. Los luchadores pertenecen a bandos de rudos y técnicos, de buenos y malos, de santos y demonios que tratan de construir una leyenda para la cual narran la historia sobre la vida de un personaje que las más de las veces se funde con la vida misma.

En el año de 1984 Dave Letterman entrevistaba a André René Roussimoff quien era y probablemente es la figura más reconocida de la lucha libre a nivel internacional. André pesaba más de 250 kilos y medía 2.24 metros de altura. Letterman le preguntó sobre por cuánto tiempo pensaba seguir luchando. Roussimoff respondió –No lo sé, quizás esta noche sea mi última pelea. Nunca podemos saberlo…nunca podemos saber lo que ocurrirá en el ring.− Con esta frase resumía el lo que representaba subir a luchar, y mostraba lo que había sido su vida hasta ese momento.

André, El Gigante era como se le conocía en el mundo de la lucha libre, desde niño debió sufrir por su condición física y esa extraña enfermedad conocida como acromegalia o gigantismo. La leyenda de este luchador se inicia desde esa lejana infancia cuando Samuel Beckett era quien debía llevarlo a la escuela ya que el autobús escolar solía rechazarlo por su estatura. Tiempo más tarde correría la fortuna de ser descubierto e invitado a integrarse para dedicarse a la lucha libre. A partir de ese momento el éxito parecía inevitable.

Box Brown un artista de narrativa gráfica recopiló anécdotas y recurrió a una enorme cantidad de documentos de todo tipo para reconstruir la biografía de este luchador y darlo a conocer desde una óptica que muestra la vida de una celebridad desde lo raro, desde la distinción por su cuerpo.

André como luchador fue un tema polémico ya que era un personaje que inspiraba a muchos a luchar, incluso sirvió de pretexto para crear películas de la serie Rocky. Sin embargo lo que Brown nos muestra no es simplemente la parte humana de este luchador que la mayor parte de su vida fue visto y tratado como un verdadero freak, a pesar de su éxito, de su fama y de su dinero.

Brown construye un relato en el que evita caer en el drama fácil, a pesar de que durante toda esta novela gráfica veremos a un André alcoholizado, sin embrago nunca vemos de manera evidente su sufrimiento, Brown deja que el lector contemple y resuelva lo que está ocurriendo. El logro de este autor es que arma en viñetas limpias con un estilo de dibujo que proviene del cartoon para traernos la leyenda de un verdadero gigante. Al recorrer sus páginas nos envuelve con una fuerza que proviene de la narración simple. No hay en la estructura de sus planchas composiciones complicadas o rebuscadas, sólo los cuadros clásicos del cómic bien aplicados y de esa manera sostener la historia.

André el Gigante, Vida y Leyenda. Nos hace sentir la grandeza de este luchador en sentido literal. Nos hace reflexionar también sobre las formas de racismo y marginación que se ejerce sobre los cuerpos que son diferentes, en este caso muy diferentes; Además nos muestra cómo hace apenas unas cuantas décadas aún se podía recurrir a la formula circense para mostrar lo que se llamaba fenómenos y de esa manera llenar una arena.

Esta novela gráfica se convirtió de inmediato en un best seller, estuvo por más de tres semanas en las listas de los libros más vendidos del New York Times. También se convirtió en uno de los primeros cómics contemporáneos que se meten al género documental de manera más que brillante y que nos deja pensando durante mucho tiempo sobre la delgada frontera entre lo que es el espectáculo y la realidad, de como la mitología de la lucha libre se recrea a partir de la vida de estos personajes que no sólo buscan ganar si no cumplir una función en ese ring, en ese escenario que para ellos es la vida sin más.

Oscar G. Hernández editor de sección en la Revista Marvin

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André, The Giant, Obey.

El fuego del silencio

Erick Tool

A través de los siglos hemos aprendido que la barbarie del poder va acompañada de la ignorancia, del ego y del yugo de unos cuantos sociópatas que desafortunadamente llegan al poder ya sea porque tienen un capital privilegiado o porque su ascender hacia la alta burguesía fue por hacer favores sin tener escrúpulos, ni conmiseraciones hacia el prójimo humano, animal o natural, es decir llegaron a la cima del poder por corruptos.

Para nuestra mala suerte parece que la historia sólo queda para ser guardada e ignorada por este tipo de personalidades ricas y corruptas con ansias de poder, poder y dinero que no se llevarán a la tumba pero que su mente pequeña y obtusa ignora.

Miedo al pensamiento

El Papiru de Ipuur, la fortaleza de los espíritus en Persépolis, la biblioteca de Alejandría, la biblioteca de la Residencia de los Papas en Letrán, la biblioteca imperial en Constantinopla, la biblioteca de la Madraza en Granada, la biblioteca Nacional del Perú, la biblioteca Nacional de Sarajevo, la biblioteca Nacional de Irak y el museo nacional de Río de Janeiro, todos estos recintos fueron quemados por gobiernos autoritarios con el temor de que el pueblo piense por sí mismo.

Fahrenheit 451

La actualidad de este clásico es indiscutible, Bradbury se refiere a un mundo donde los libros son peligrosos y por ende deben ser quemados, en esta obra maestra de la ciencia ficción política aparecen seis personajes principales y cada uno representa un punto importante de nuestra sociedad.

Guy Montag: Es un sujeto no mayor de 40 años, no es un personaje ordinario pues esconde libros y eso lo hace ser un corrupto a pesar de que nosotros, los lectores sabemos que no lo es, en el mundo de Bradbury, así se le ve.

Capitán Beatty: El jefe de los bomberos, el orquestador de las quemas de libros, el representante de la ley aún así, en algún momento era similar a Guy incluso en toda la historia se la pasa dando referencias a libros y pasajes históricos de la humanidad, es un desgraciado cultureta que termino siendo el perro fiel del sistema.

Profesor Faber: Está resignado aunque lo entristece saber que los libros ya no llaman la atención de nadie para eso están las pantallas para entretener, es cobarde y prefiere mantener un perfil bajo.

Mildred Montag: Representa el ciudadano ordinario ese que se conforma con lo que dice el Televisor, es ese personaje que utiliza el suicidio para justificar el miedo a la existencia, al ir por más, es la representación de esa parte del pueblo sumiso y conformista.

Clarisse McClellan: Ella parece que es la extraña del grupo pero en realidad es la conciencia, aquella que te susurra un inconformismo, es como un libro de filosofía, es lo prohibido por eso su destino en la novela es incierto, ella es una pregunta constante.

Granger: Este personaje representa la esperanza que hay en la humanidad es valiente y astuto, y a pesar de que su mundo es destruido, él encuentra la manera de sobrevivir, él sabe y nos hace saber que el mundo tiene un ciclo por cumplir como todo en la vida, hay un momento de luz y hay un momento de oscuridad.

La gran Lección o ¿por qué los libros son peligrosos en Latinoamérica?

Una lección importante para un lector en reconocimiento de Fahrenheit 451, es que nos recuerda que no es importante lo que se escriba en un libro sino las preguntas que el libro despierta y eso nos conduce a nuestro devenir como seres racionales y libres.

Actualmente Brasil y otros países hermanos como Bolivia, Ecuador, Argentina, Chile y Haití sufren cambios políticos y parece que el totalitarismo es el común denominador y la puerta de entrada a ese dudoso pero trágico régimen que ha mostrado ser el neoliberalismo y su gran fracaso con la democracia, idea política y utópica que siempre se ha visto mermada por la ambición e ignorancia tanto de gobernantes como de empresarios.

Al parecer si al mundo se le terminaran sus recursos naturales gobernantes como empresarios sobrevivirían comiendo residuos y respirando metales y CO2, intentando el exilio posthumano.

En este nuevo siglo, el continente latinoamericano vive un neo-oscurantismo donde tristemente la población está sufriendo el embate de la ambición y el fanatismo religioso, de persecución, racismo y censura; Brasil, Chile, Bolivia y ahora Colombia son un espejo donde sus gobernantes para justificar su intolerancia se refugian en la Biblia igual como lo hicieron los cruzados en su momento, de mismo modo que lo hizo el Capitán Beatty pero lo que realmente los mueve es la locura del control y del poder.

Así, que dejaré algunas sugerencias lectivas espero que podamos despabilarnos de lo que ocurre y dejemos a un lado los distractores, que tomemos por más tiempo un libro, adoptemos un gesto de estar más con nosotros mismos y dejemos de evadirnos, que seamos más humanos y menos internautas en un sentido de enajenación hiperconectada.

Propongo que regresemos a Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, que revisemos nuevamente las bases de los contratos sociales en el Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad de los hombres de Jean Jacob Rosseau, recentrémonos en las reflexiones de Nietzsche en Humano demasiado humano. Que nos actualicemos en Los orígenes del neoliberalismo en México de María Eugenia Romero Sotelo, echemos un ojo al Neoliberalismo en América Latina de Luis Rojas Villagra. Otro clásico para revisar las categorías que hoy se tornan insuficientes Liberalismo y democracia de Norberto Bobbio y finalmente Los orígenes del totalitarismo de Hanna Arendt.

Erick Tool es periodista underground, melómano y bibliófilo

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Incendio de Alejandría

Combustible y comburente

( C + O2 = CO2 )

Moro Maxwell

Dedicado a Gustavo Gatica

…me detuve en medio del puente. Este país está loco, pensé. Nos tienen trastornados. Pasamos de un estado a otro sin mediar transiciones. Me corregí: “En realidad han sido treinta años de transiciones… fallidas”. Lo claro es que algo se desbloqueo, en o con o por el estallido, cayó una coraza, se abrieron vasos comunicantes. Algunas semanas atrás el sentimiento era otro. Pesimista, triste, la opaca realidad reinaba. “El daño es profundo”, era el diagnóstico, “nos convirtieron en zombies, en esclavos, estamos enfermos, sólo nos queda el juicio final, ya no hay esperanza”. “Nada que hacer”, aunque algo hacíamos, poco, pero hacíamos, como por inercia. En eso estábamos, en el libre obrar, cuando el fuego comenzó. Comenzó de noche, aunque lo habían conjurado más temprano los estudiantes secundarios. Un container de basura encendido fue arrojado por las escalas del metro, rodó lanzando chispas, abajo estaba la policía, dispararon a diestra y siniestra, pero luego el humo negro lo inundo todo, los gritos, la poderosa rabia, los hizo huir, se desvanecieron. Salió la poblada, los descontentos, los dormidos. Parece que el fuego los despertó, ejecutó un llamado desde lo profundo. Una fisión nuclear detonó grandes cantidades de energía. Estallaron los vidrios. Supimos que la escala de incendios de Enel efectivamente era de incendios, se quemó, quedo negra, chamuscada. Se quemaron los supermercados, después de que los consumidores frustrados desvalijaran sus bodegas y escaparates. Un denso humo pardusco, producto de varios buses ardiendo, ascendió hacia los cielos de la ciudad desde la intersección de Vicuña Mackenna y Rancagua, convocando a la tribu. El hongo se veía desde los cuatro puntos cardinales, era una señal. Llegaron hordas a bailar a la luz del fuego. Se sacaban fotos en los escombros y sentían crecer un calor distinto en sus corazones. Luego llegaron las lacrimógenas y se nos cayeron las lagrimas, alguien se acercó y nos ofreció agua con bicarbonato, y nos abrazó. El calor en el corazón se avivó. Se multiplicaron las hogueras y las barricadas, se estaba quemando la desigualdad, que está hecha mayoritariamente de plástico. Nos sacaron varios ojos, volvimos a llorar. Ya no había nada que arrojarle a la los guardianes así que, animados por un espíritu minero, llegaron las picapedreras y nos repartieron guijarros. Llegaron las que destruyen las luminarias para que los guardianes no hicieran blanco en nuestros cuerpos. Llegaron las que portaban escudos, las que repartían sándwiches, las que regalaron mascarillas, las que se gastaron el sueldo para compartir antiparras, las apagadoras de lacrimógenas, las de los primeros auxilios. La primera línea era un hormigueo oscuro e incandescente. “Ah, Georges Sorel, ¡tenías tanta razón!”, pensé. Desconfío de las metáforas biológicas, pero fue inevitable pensar en los anticuerpos, expulsando al virus, o la infección. Este calor es la fiebre. El corazón ya era una brasa. Se armaban bandas de música espontáneas en las esquinas, que tocaban El derecho de vivir en paz; llegaba un trombón, una trompeta, un saxo, un tambor y se sumaban las voces. La braza latía. Entonces ese cuerpo frío, que parecía muerto, al que le habían extraído la sangre, comenzó a bailar. Despertó. Se erigió una pira monumental en Plaza Italia, que a esa altura ya le habían cambiado el nombre, ahora se llamaba Plaza de la Dignidad, y la pira era parte constitutiva del fuego fundamental. La manada hizo una danza y un pacto a su alrededor. Alguien dijo: “Volvimos a querernos”, y parecía ser cierto; otro dijo: “Estamos volviendo a ser un pueblo”, y también parecía ser cierto. Comenzamos a escribir, lo rayamos todo, faltaron paredes en la ciudad para los pensamientos, no había dónde poner un “sí” o un “no”. Después comenzamos a hablar, y no hemos parado, como si hubiésemos guardado silencio durante siglos. Parece que teníamos temas pendientes. Afloraron los significantes, se desplegaron, y fue como una terapia, pero diferente, porque era gratis y al aire libre, el fuego trajo la felicidad, gritamos sapos y culebras. Había algo en el fondo. Lo reprimido, dirán los psicólogos. El retorno de lo reprimido, como si fuese el título de la segunda parte de una saga. Continúa un repiquetear constante de cacerolas, de sirenas, de helicópteros. Duermo mal, siento como si un alien se estuviera incubando dentro de mí. Enciendo la tele. El rector de la universidad, arrogante intelectual, seguía pensando que era un mero berrinche juvenil. “Lo que es no entender nada, lo que es estar lejos de la tierra”, pensaba, pensábamos. Me di cuenta que en mi pensaba la horda primitiva, la manada. Lo que se estaba reconstituyendo era lo que los sociólogos llaman el “tejido social”, que es un tejido orgánico. Un órgano, un organismo. Alguien pasó con una pancarta tejida a crochet, y todo tuvo sentido. Se teje lo común, se quema lo individual. Me sentí privilegiado de estar ahí, en la calle, de sentir el calor del asfalto. Vi pasar un selknam, Kotaix apareció de entre los árboles, arrojando piedras. Se me llenaron los ojos de lágrimas. ¡De repente se pone a temblar! “Este país es maravilloso”, se me escapó, en voz alta. ¡Y yo que hasta hace poco me quería ir! Se incendia la esquina de Santa Rosa con Alameda, se quema un McDonal’s, me estremezco de ternura. Luego pasaron los heridos, los baleados, los asfixiados, y me vuelvo a estremecer, pero de rabia. A los que caen, los encapuchados los levantan, les pulverizan agua, les dan aliento, les limpian la cara. ¿Qué concepto los mueve?, ¿por qué arriesgan sus vidas, sus ojos, su integridad?, ¿por quién?, ¿por qué hay quienes no lo hacen?, ¿por qué hay quienes los desprecian? Como si hubiese estado concertado, pero improvisando, todos sacaron sus celulares y emitieron luces al cielo, en un enjambre, la imagen la captan los drones. Se me eriza la piel. ¿Dónde estarán los muertos ahora?, ¿por qué no hemos ido con ellos al cementerio? “No quiero que me den la mano empapada con nuestra sangre”, pensé en Los Enemigos, en los políticos profesionales que están pactando. Las estatuas de los conquistadores son derribadas, se estampan contra el suelo; las de los militares asesinos, héroes de la patria, son decapitadas. ¡Ah, que comprensión tan acabada de la historia! Al regresar al barrio el fuego danzaba a un costado de Plaza Brasil, arrojaron a la hoguera un cajero automático extraído de la farmacia, ¡era tan precisa la postal! Para venderla en Correos de Chile. Desde los árboles colgaban como guirnaldas los rollos de papel extraídos de las máquinas registradoras. Igual que en Apocalíspsis Now, el fuego nos iluminaba las caras, podíamos ver nuestros rostros, descubiertos y encapuchados, todos con los ojos brillantes. Todos los fuegos, el fuego, el mismo de la barricada de los ochenta, porque el fuego tiene memoria. Quiero pensar que en esa hoguera una maldición antigua se quemó y que algo nuevo se está templando. Sería difícil describir la felicidad que vi en la mirada de mi amigo Elías, era algo traslúcido, que solo he visto en los ojos de los animales genuinamente dichosos. “Creí que nunca iba a vivir esto –me dijo–, el país entero diciendo “Basta”, rebelándose”. El fuego nos hizo hermanos, pero llegar hasta aquí nos costó un ojo de la cara, varios ojos.

Las imágenes pasan como ráfagas de viento, me fijo en las manos, en las diferentes formas de ponerse una capucha, en el anonimato, en la afectividad. Algo que los que viven en la burbuja no conocen, pobrecitos. Que vidas miserables las suyas, aferradas al mal entendido “privilegio”. Salió la luna llena, hay algo de salvaje en Plaza de la Dignidad. Escucho aullidos de perros negros. Parado en medio del puente, no puedo contener las lágrimas… Sigo, y cruzo el río.

Moro Maxwell es Doctor en Letras Modernas por la UNAM

Ilustración: Uorbal Castor.

Paseo por el limbo

Emilio Fuentes

Hablar de la manicomización y la locura resulta complejo, comenzando por la definición que han dado diferentes organismos e instituciones que la han definido  como discapacidad psicosocial, como es el caso de la organización Voz Pro Salud Mental que la define como:

 “la inhabilidad de poder interactuar con la sociedad de forma aceptable culturalmente, careciendo de habilidades para interactuar con otros de forma eficiente y congruente

Por consiguiente, aquella persona que sea diagnosticada con estas características deberá seguir un tratamiento en alguna institución psiquiátrica, (antes manicomio) que actualmente sigue reproduciendo estigmas que impiden el acceso a una vida digna, pues a través del disciplinamiento corporal se pretende que los usuarios se rehabiliten, resultado de un ejercicio que los despoja de su voz y sus derechos. Y pese a tener una Organización Mundial de la Salud es que se refiere a la sociedad y al entorno urbano como a las “limitaciones” que impiden tener una vida digna a este grupo, refiriéndose al modelo social de la discapacidad, la situación de estas personas no ha cambiado en años.

El ejemplo más claro es la obra de Jorge Mejía, quien a través de Paseo por el Limbo nos presenta una investigación realizada desde el año 2009, que a modo de denuncia,

“muestra fotográficamente la cotidianidad de diferentes personas al interior de instituciones psiquiátricas en la Ciudad de México”.

La inauguración de Paseo por el Limbo se llevará a cabo el jueves 14 de noviembre a las 18:30 horas en el Museo Archivo de la Fotografía. El trabajo de Mejía nos invita a reflexionar acerca de este tema poco abordado en recintos fotográficos, pero sobre todo,

“muestra  la situación de un sin número de personas que han pasado y siguen en estos espacios de encierro”

Una exposición que valdrá la pena ver, en la medida en la que el museo sea un verdadero espacio de visibilización de proyectos así de relevantes.

Finalmente comparto una Carta a los directores de asilos de locos, escrita en 1925, por Antonine Artaud.

Emilio Fuentes es antropólogo por la ENAH y miembro del Colectivo La Lata

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