En un Barrio llamado X

Erick Tool

Son las 19:00 horas en la Ciudad de México, el Brayan va rumbo a la esquina de la cuadra
a encontrarse con la pandilla, todos bromean se empujan y se golpean los cnco al ritmo de un reggaetón lento, perrean y se dan arrumacos entre todos. Saluda al chino, al lagarto, al puerco, a la Mary y a su hermanita la Pilar de diez años fuman y beben para matar el tiempo, hablan de a quién y donde van a robar. El Guarro les proporciona unas armas, la noche cae y transcurre espesa, cálida, siniestra y mal oliente, el auto donde se reúnen esta abandonado, desde hace dos semanas, funciona bien enciende y tiene gasolina, todo está puesto para trabajar deciden ir hacia el centro de la ciudad, es fin de semana y coincide con el día de pago. Dan vueltas por aquí, por allá, los saluda el comandante Elías intercambian miradas, se emparejan automóvil robado con patrulla, Elías les dice que entre la medianoche y las dos de la madrugada dejará de dar rondín que en ese horario Bryan y su compas pueden trabajar.

Brayan y Britani

Ellos, junto con la historia de arriba podrían ser un cliché de la Ciudad de México pero tristemente son una realidad, veo las noticias oficiales y las páginas de las noticias de las redes sociales y me doy cuenta de que el mundo en general está colapsando, los gobiernos son ineficientes. El Estado ha fracasado, su base social que era la familia, la propiedad privada y el Estado se han derrumbado y no ha podido adaptarse al nuevo siglo. La desigualdad social que se ha globalizado en este nuevo milenio es la peste de siglos pasados, no se puede encontrar la cura y se propaga vertiginosamente creando en cada país pequeñas guerras entre gobernantes y pueblo, siendo los primeros cómplices de los ricos ultraliberales, esos cerdos avaros que se sientan a ver el espectáculo mientras disfrutan de las mieles del caos que ellos han provocado.

¿Cómo hará el gobierno para que las Britanis y los Brayans dején las drogas y la delincuencia?

Los últimos gobiernos de México han creado sin fin de programas sociales, becas, apoyos económicos que en teoría benefician a diferentes sectores vulnerables de la sociedad mexicana pero todos han sido contaminados por la corrupción y desafortunadamente no la vemos por qué durante décadas no sólo la hemos normalizado, sino también se ha ido perfeccionando hasta hacerla casi invisible e invencible. En lo cultural hay un sin fin de ofertas gratuitas como desfiles, conciertos, concursos, festivales, exposiciones, tenemos bibliotecas públicas y son gratuitas y en teoría la educación pública también lo es, pero digo en teoría porque todo el que es padre o madre sabe que en las primarias y secundarias se debe de dar una “cooperación voluntaria”, hay que invertir en la alimentación, manutención y movilidad de los jóvenes, lo que están reclamando en Chile en este momento los estudiantes de secundaria.

¿Por qué el Brayan no acude a las bibliotecas públicas?

¿Por qué la Britani prefiere vender y fumar Crack en lugar de leer un libro?

Los jóvenes en su estado actual no se sienten identificados con este tipo de eventos y exactamente este tipo de eventos los termina marginando de manera aguda, hace unos días hablaba con un amigo del tema de los murales en diferentes puntos de la CDMX y le comente que de nada sirve hacer murales por toda la ciudad si no invitas a la gente del barrio a participar, que la secretaría de cultura en lugar de traer grafiteros y muralistas de otras partes del mundo debería de convocar y organizar concursos para que la pandilla del barrio haga sus propios murales y pintas en esos espacios, y así mismo crear una cultura de identidad y de respeto por que el mismo barrio va a proteger sus murales y no los va a violentar sobreponiendo pintas, al mismo tiempo se le presentan a esos jóvenes oportunidades en la vida y más allá del barrio descubrirán que hay un mundo de posibilidades a las cuales pueden tener acceso.

La Secundaria

En este ciclo Brayan y Britani son totalmente vulnerables a todo, la adolescencia es un arma de dos filos o la superas o la fracasas, y aunque gran parte de la educación debe de ser en casa muchos de los estudiantes desertan por la falta de empatía, en las aulas hay profesores que muchas veces son detestables, cuadrados, poco profesionales y en ocasiones hasta sádicos y en lugar de abrir sus mentes y detenerse a pensar que es parte de su trabajo y responsabilidad que esos jóvenes salgan adelante y que es su deber hacer todo lo posible por que sigan por un buen camino, lo único que hacen es darse la vuelta y desentenderse de esas responsabilidades y si lo hacen es porque están siendo rebasados por la situación, y una crisis social compleja.

Creo que nuestro sistema educativo es obsoleto y tenemos que cambiarlo y hacerlo más efectivo, los profesores deben de actualizarse y deben de arriesgarse a nuevas formas de enseñanza, yo nací en un barrio donde como dice una canción de Fito Páez “Vengo de un barrio que está casi a punto de estallar”. Y aunque en la actualidad es más tranquilo sigue existiendo la desigualdad social que hace que los malosos se acerquen a corromper a los más vulnerables. En mi experiencia agradezco el haber tenido dos profesores que vieron en mi esa vulnerabilidad y que inteligentemente me llevaron al camino de los libros, y por esa razón comparto una lista de palatables lecturas:

  • Diario de un perro por Oscar Panizza
  • El derecho a la pereza por Paul Lafargue
  • El arte de tirarse pedos por Pierre Thomas Nicolas Hurtaut
  • Tiempos Líquidos por Gilles Lipovetsky

Uno nunca sabe, quizás puede ser una de estas líneas sea leída por Brayan y le ayude a sortear las trampas sociales y capitalistas que asedian en nuestra época.

Erick Tool periodista underground, melómano y bibliófilo

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Alienados y alienígenas

Moro Maxwell

El laboratorio experimental de la Escuela de Chicago se está quemando desde hace una semana. Los Doctores en Economía se preguntan qué es lo que falló, cual fue la variable que no consideraron. Contaban con la desidia, con la lobotomía, con la alienación. Pero algo se salió de control. Los ratones han desatado el caos.

El presidente declara una guerra contra un “enemigo poderoso”, y saca a los militares a la calle, mientras su esposa siente que sus privilegios están siendo amenazados por alienígenas y le recomienda a sus amigas que se abastezcan ante una posible invasión. El 1% más rico de la población percibe al resto, a los otros, a los marginales, como enemigos. Ese 1% ha saqueado el país durante cuarenta años y sus empresas han evadido impuestos millonarios, pero no aguantaron que los estudiantes quisieran evadir el pasaje del metro por un alza en sus tarifas. “Evasión” es una de las palabras clave. “Robo”. “Saqueo”. ¿Quién es ese enemigo? ¿De dónde vienen los alienígenas?

Los patrones durante años han gobernado como si se tratara de administrar una empresa. Maximizando sus beneficios, abriendo una brecha social profunda y ancha. Tan profunda y tan ancha que se quedaron viviendo del otro lado, sin escuchar, sin ver, sin capacidad de entender. Mientras Santiago se quema el presidente come pizza con su familia en el barrio alto. No entienden. No quieren entender. La respuesta siempre ha sido la soberbia.

“Son vándalos, violentistas, delincuentes, los aplastaremos”

Pero ya no funciona la fórmula de la criminalización. De tanto usarla se gastó.

Hay un ser extraño en las calles

No se explican de dónde viene. Ese ser extraño tiene miles de cabezas, hace años que no tiene voz, lo dispersan en una esquina y aparece en otra, no tiene representante con quien pactar, tiene una estructura amorfa, ¡sin líderes corruptos!, está esparcido por todo el territorio, tocan insistentemente un patrón rítmico (negra, negra, corchea, corchea, negra). “¿Qué querrá decir?”, se pregunta el presidente, “¿será un mensaje encriptado, como en Encuentros cercanos del tercer tipo?” El gobierno no sabe con quién hablar. Convocan a los viejos políticos profesionales, pero esos están sumamente desacreditados y perdidos. Los desempolvan igual. Tienen sueldos millonarios, trabajan para los patrones. Los políticos hablan otro idioma. Salen en la tele haciendo mímicas. Pero los aliens ya no creen en ellos, ni los escuchan. El presidente sale pidiendo perdón por no haber entendido. Se victimiza. Pero no es un problema comunicacional, a pesar de que hablen otro idioma, porque está bien claro lo que los aliens piden, pero es inaceptable. No, no. Pero el fuego sigue desparramándose. ¡Ah! Que orgulloso de nosotros estaría Michimalonco si nos viera, piensan los aliens. El presidente ofrece algunos premios. Habla de manera paternal. Para sus adentros se lamenta que esto ocurra justo ahora, cuando él, sus hijos y familiares estaban haciendo tan buenos negocios; por otro lado, no sabe si lamentarse o estar orgulloso de que lo comparen con el dictador:

“¡Ah! ¡Pero si él estuviese aquí!”

Con él aprendió, con él se enriqueció. Trata de emularlo. Sigue sin darse cuenta que es una crisis estructural del modelo neoliberal. Hay políticos que intentan sacar partido de la crisis. Hay analistas en la televisión, todos pagados por el capital. Afuera los ratones del laboratorio están por doquier. Siguen encendiendo barricadas en cada esquina. Les ponen veneno, les disparan, y ahí siguen. Desafiando el toque de queda. Insisten en el patrón rítmico. Lo percuten con ollas, sartenes, cucharas. “¿Se comunicarán así entre ellos?”, se pregunta el presidente. Hay un festival de fascismo en la televisión, sacan a las momias más antiguas, intentan diversos tonos, primero amenazan, después infunden miedo, después tratan de empatizar con los aliens, dicen que tienen razón, el presidente hace su mea culpa en horario prime: “Ah! ¡Sabíamos que había desigualdad, pero nunca nos imaginamos que les molestara tanto, discúlpenos!”. Don Francisco llora por el quiebre de la familia chilena, y nada.

Ratones y aliens copan Plaza Italia

Corren los cómplices del modelo a La Moneda, todos preocupados por la propiedad privada, por sus intereses individuales, por sus privilegios. No saben lo que significa la palabra comunidad. Tal vez por eso no entienden. Han ensayado montajes, luchas entre vecinos, conspiraciones ácratas, recurrieron a los antimotines, pero nada les resulta. El presidente trae a un ejército de ocupación, pero los muertos porfían, los aliens resisten. Desatan una guerra psicológica, traen a expertos, el rector de una universidad da cátedra de arrogancia y desprecio. Algunos férreos partidarios del negacionismo, niegan; negaron todo antes, y niegan todo ahora. Parece que en las élites se desata una competencia por saber quién es más soberbio, quién es más egoísta, quién saca la porción más grande. Se afilan los colmillos. El ministro entra en una espiral de enajenación, tiene problemas psiquiátricos el pobre hombre. En el parlamento han montado un circo. Ofrecen un show en horario de matiné, rasgan sus camisas; los aliens con los ratones están en la calle, así que no ven el show.

Negra, negra, corchea, corchea, negra

En el Cine Arte Normandié, en plena Alameda, se proyecta el Joker, pero pasa algo extraordinario, la película ocurre afuera del cine. La turba quema todo a su paso, destruye los símbolos del mercado, hay rabia contra los ricos, contra las máquinas, contra la Máquina, contra el sistema. Los ratones no han visto la película, pero saben que si no se rebelan lo que les espera es una muerte lenta. Se están quedando sin agua, porque el presidente y Thomas Wayne (que a veces son la misma persona) se la está vendiendo a la agroindustria y a las transnacionales de extracción minera, a las que le regala el mineral a cambio de propinas. Entretanto, han comenzado las mesas técnicas, estrategia ya conocida, inventada por una señora que estuvo antes en el gobierno diciendo que era socialista: frente a cualquier problema instauraba una mesa técnica, y por arte de magia el problema desaparecía, quedaba en el olvido.

Pero los ratones están aprendiendo a no olvidar, están viendo sufrir a todos los animales, y están entendiendo que el agua va a volver a los ríos cuando luchen juntos, y eso es lo que están haciendo. Tal vez es eso lo que significa el patrón rítmico: cuando se caen las instituciones corruptas, sólo queda la manada; cuando la manada luche junta volverá el agua a los ríos. Y lo repiten insistentemente, para que a nadie se le olvide: negra, negra, corchea, corchea, negra.

Moro Maxwell es Doctor en Letras Modernas por la UNAM

Chile Despertó
El derecho de vivir en paz

Risografía y Zines

Oscar G. Hernández

La manera en que se construye la cultura visual va de la mano con los avances tecnológicos y el acceso a ciertos materiales, resultan inimaginables transformaciones que hubiesen sido imposibles sin el acceso al recurso material y tecnológico.

La tecnología cambio para siempre la idea de concebir el mundo, la imprenta fue más que crucial para realizar esos cambios. Sabemos que sin ese aparato que permitió reproducir masivamente textos y diseminar el conocimiento de dichos textos, el mundo no hubiese cambiado, a pesar de que los primeros impresos en distribuirse fueran religiosos, con el tiempo serian otros contenidos los que verían la luz en aquellas imprentas.

Los humanos siempre han buscado métodos para duplicar las imágenes. La tecnología que acompaño la reproducción de estas imágenes formó nuestros modos de leer y de crear dichas figuras. Un ejemplo muy simple es como la manera de realizar encuadres fotográficos hoy en día corresponde por completo al dictado del smartphone, todo lo fotografiable y video grabable para esta tecnología; se debió ajustar al tipo de encuadre vertical y cuadrado que desplazo por completo al encuadre horizontal o wide screen. En nuestra época a nadie le importa usar el formato horizontal ya que los medios de distribución son verticales. Y lo que es peor aún, la manera de mirar se volvió vertical y cuadrada. Sobra decir que la manera de crear composiciones también.

Los recursos tecnológicos suelen limitar o expandir posibilidades creativas; En el ámbito de la ilustración y del cómic una pequeña revolución se ha venido gestando desde hace más de una década. Esto se debe a la recuperación de una tecnología antigua conocida como risografía.

Las razones por las que la risografía se ha puesto en voga de los ojos de las artes son muy importantes pero sobre todo significativas. En realidad resulta un tanto hipster, en el buen sentido el impacto de esta técnica en las artes gráficas, ya que los procesos risográficos datan de los años 80’s del siglo pasado. Podemos decir que si los vinilos regresaron al igual que los cassetes ¿por qué la risografía no habría de hacerlo?

El tema con los equipos riso va más allá de una simple moda o snobismo, en realidad esta tecnología fue diseña para ser democrática y accesible. Las maquinas riso fueron inventadas en el Japón de la posguerra con la finalidad de poder proveer de una tecnología de impresión barata sin la necesidad de una imprenta. Y aunque algunos consideran a los equipos riso como una simple fotocopiadora en realidad sus alcances son más complejos. Los equipos risográficos son cercanos a los métodos de la serigrafía y de la litografía. Las impresiones con esta tecnología producen piezas únicas e irrepetibles; la riso al igual que la serigrafía trabaja con una superposición de colores que la llevan a ser algo más que una simple fotocopiadora. La textura de los impresos en riso recuerda a la litografía ya que tienen una sensación grasa y liquida, además de que la tinta no queda fija del todo. Estos argumentos obviamente son para aquellos muy clavados con la apreciación de la imagen impresa. Y ¿qué pasa? Si a usted querido lector le vale un cacahuate o un comino todo eso. Pués resulta que la riso es la única tecnología ecológica en procesos de impresión ya que imprime en frío y usa tintas hechas a base de soya. Y si aún esas razones le importan poco también. ¿Entonces qué? Púes resulta que estas impresoras son las únicas que otorgan la posibilidad de autogestionar los modos de impresión.

Es en estos puntos donde queremos abordar el valor significativo de los impresos con estas técnicas, ya que no sólo se trata de la exaltación de lograr un impreso único hecho por un artista único. Lo que vemos es una tecnología que va en sentido contrario a las lógicas de consumo y desecho. Estas maquinas son un elogio al pasado en el que las cosas se hacían para durar y para indirectamente impulsar el ahora tan mencionado Do it Your Self. El hecho de contar con el acceso a un equipo de este tipo permite el desarrollo de una pequeña editorial de alta calidad. Esa es la principal razón por la cual los artistas gráficos y de cómic, así como una buena cantidad de poetas y escritores se han lanzado a la aventura risográfica.

Estas pequeñas imprentas contiene ese espíritu punk que ha acompañado la creación de autopublicaciones que no requieren de la aprobación ni de la complacencia de nadie. En el underground de los impresos de ilustración y de cómic se volvió fundamental la publicación risografica; la cual permite tener fanzines con una calidad exclusiva, no sólo por el valor artístico que puedan contener en sus páginas. Sino por el valor que han tomado los fanzines como producciones de pequeños tirajes que compiten con el famoso libro de artista, con contenidos que sólo tienen vida en el universo de la auto publicación y que además no pretenden ser masivos. Un libro de artista suele ser inalcanzable, sin embargo un buen zine se puede conseguir a un precio más que accesible.

La risografía con los fanzines han impulsado un nuevo movimiento que agrego ese plus al sólo hecho de usar un blog o una red social para el trabajo autoral. La recuperación de estos formatos ha permitido que existan resultados materiales únicos y verdaderamente limitados, ya que un tiraje con estas máquinas no suele ser mayor a los 200 ejemplares, algo que para la gran industria editorial no suele ser importante, pero que en el mundo de la llamada small press son piezas de alto valor ya que cada una de ellas es irrepetible por muchas razones.

Las instituciones culturales que suelen reaccionar muy tarde a los movimientos artísticos y culturales que ocurren bajo tierra, hace algunas décadas reconocieron el valor de los fanzines y lentamente han comenzado a formar colecciones y a rescatar estas pequeñas publicaciones. Debemos mencionar que la creación de fanzines no ha dependido de la riso, en realidad estas publicaciones siempre recurrieron a la fotocopia; A la riso se le considero siempre una fotocopiadora, es hasta hace muy poco que las exploraciones sobre ella se expandieron para mostrar toda esa gama de posibilidades que mencionamos anteriormente.

En nuestro país donde la ilustración se hace cada vez más fuerte y la narrativa gráfica se encuentra en un proceso de gestación, podemos decir sin temor a equivocarnos que los equipos risográficos son cruciales para el resurgimiento de este arte. Esto se debe a que aún no existe una industria editorial que provea de espacio a los autores, situación que ha llevado a la gran mayoría de creadores a buscar salida en la autopublicación. Una salida por demás benéfica, autores que vienen de procesos risográficos se han alzado con premios internacionales de novela gráfica como es el caso de Emmanuel Peña o se han integrado a poderosas editoriales internacionales como Fantagraphics, en el caso de Abraham Díaz.

Este fenómeno no es exclusivo de nuestro país, la revolución de las imprentas risográficas y del fanzine permea a todo el planeta, impulsando el trabajo autoral de creaciones visuales y escritas que sólo tienen vida en el universo de pequeñas editoriales alejadas del trending, pero que silenciosamente van cambiado la cultura de nuestro tiempo, al igual que alguna vez lo hizo aquella vieja imprenta de tipos móviles desarrollada en la Alemania de la edad media el cual imprimió por primera vez un gran tiraje que constaba de 150 ejemplares únicos e irrepetibles, los cuales a la larga cambiaran la cultura visual y escrita de todo el planeta.

Oscar G. Hernández editor de sección en la Revista Marvin

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El legado de ver

Gabriela Molina

Para un pintor, la pintura es la forma en que puede expresar la profunda y nítida sensación de ver, y cuando uno observa la pintura de diferentes artistas, una o uno puede aproximarse a ese legado

de lo que ha representado para la historia de lo humano haber visto, de haber tenido la experiencia de ver.

Uno ve pintura, imágenes, nombres, cédulas de fichas técnicas pero en realidad lo que vemos, es lo que ha sido transmitido por aquellos que han visto. Y ojalá todos pudiéramos ver de esa profunda forma, así podríamos aproximarnos a la consistencia y esfuerzo que implica la sinceridad. 


Gilberto Aceves Navarro no sólo fue un aprendiz y maestro de ese lenguaje abstracto de puntos, manchas, líneas, ritmos y sensaciones que emanan del cuerpo, sino que desarrolló la habilidad en el control de esa sensibilidad única, y para nuestra riqueza personal tuvo la generosidad de hablarnos acerca de la pintura, enseñarla y compartirnos esa motivación por el proceso creativo de ver.

Mi invitación sería la de reunir la concentración necesaria para aproximarnos a ver su pintura, para que siga viviendo lo que ya es un legado. Y que al verla también experimentemos su extraordinario sentido del humor y su capacidad única para contar nuestra propia historia de ¿cómo somos?, ¿cómo podemos ser? y desde acá, ¿cómo pudimos haber visto la conquista?, ¿cómo nos hemos constituido?

Su hijo, como director de la Fundación Aceves Navarro, esta haciendo un trabajo extraordinario por difundir las enseñanzas y obra de su padre. La FAN, se ubica en el taller donde desarrolló su obra y su método pedagógico, ubicado en Monterrey 327 en la colonia Roma de la Ciudad de México. Es un espacio de encuentro, abierto al aprendizaje y la creación para todas las edades. Al maestro Gilberto Aceves Navarro se le rindió ayer un homenaje póstumo en el Palacio de Bellas Artes.

Gabriela Molina historiadora del arte

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Luminiscente

Álvaro Rodríguez

Por la ventana de un viejo templo, una luz vacila diagonalmente en dirección al muro, esa ventana es el ojo de la virgen, a través de su marco transita el rayo estenopeico que corta los oscuros interiores del templo de las clarisas, en otrora, de la Purísima Concepción. Después de algunas modificaciones a esta cúpula que guarda cuatro siglos y con ellos, los cuatro rostros, de los cuatro sabios de la iglesia, su destino como observatorio devino después de 1861, tal vez por su rictus lúgubre, siendo ya en el siglo XX un lugar de refugio y abatimiento para alcohólicos y prostitutas llamado “La Constancia”, un lugar para dejar la perdición regularmente en manos de las expiaciones y los efectos alucinógenos que el lugar puede brindar a las tristes melancolías. La arquitectura de su bóveda sobreviene de la destrucción del campanario, no así, este lugar además de custodiar importantes documentos independentistas, hoy se disfruta en una simbiosis de archivo, biblioteca y galería de arte contemporáneo.

Luminiscente de Isabel Gaspar, artista visual de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, presenta en Purísima Arte Contemporáneo una pieza majestuosamente ensamblada, una escultura holográfica y cinética que deja perplejo al espectador de visión sostenida. Esta instalación de sitio específico como es llamada por Aldebarán Solares curador del proyecto la Purísima Concepción del Ex-Convento de Santa Clara, esta ubicada pendularmente, suspendida al centro de la cúpula de la capilla, a los pies de la pieza se puede circular al rededor de una traza reticular de figuras holográficas que descomponen la luz blanca (de las clarisas) en evidentes deflagraciones tornasol que evaporan la mirada hasta llegar a la pieza compuesta por discos intersectados, placas conformadas por un armado en glitch, un procedimiento de intervención en la impresión de la imagen digital, una resultante de la interferencia o el error en la imagen, que bajo cortes y ensambles del soporte en papel algodón otorga materialidad, superficie, colorido y recomposición a una imagen cuyo aura es el fresco y la encáustica. Los fisionotrazos de los cuatro sabios de la iglesia, que en los discos de Isabel se tornan entramados luminiscentes establecen retratos bajo frecuencias que se pierden al efecto retiniano, como un diálogo de patrones entre pigmentos y código digital. Ver los rostros divinos a través de este dispositivo significa borrarlos de la memoria corta y observarlos a través de esta estructura visual, significa imaginarlos en una frecuencia lumínica que no es la del rayo que formaliza las apariciones sacras al introducirse por la arquitectura, sino bajo un procedimiento de mímesis digital de la luz que ha sido refabricado artesanalmente en cortes, por no decir manualmente para establecer una relación devocional de placeres luminiscentes.

Si hay algo que había dejado de suceder en el centro histórico por el regocijo de flâneurs y caza cócteles, es el gusto de perderse por los interiores de los templos y fascinarse de las posibilidades de la luz, en formas soterradas por la destrucción del tiempo, por sus desvencijadas sombras. Luminiscente es un tratamiento constructivo tomado de un soporte real, un fresco en el muro extraído y dispuesto en una dimensión escópica casi impensable, la del efecto prismático no pentagonal, ni poligonal, sino circular y desde luego galáctico como alguna vez lo fue esta capilla para dar ordenamiento al ojo y dar luz de lo infinitesimal de lo visible y también a la profanación deconstructiva de la fe.

Álvaro Rodríguez historiador

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Luminiscente de Isabel Gaspar en Purísima Arte Contemporáneo, Tacuba 29, Centro histórico.

[email protected] / @isa.gasparr

La mujer indígena

Paola Paredes

La mujer indígena es a la vez símbolo e individuo. En la jornada de once días de huelga nacional de Octubre de 2019, la más larga de la historia reciente del Ecuador, sus rostros fueron testimonios de lucha y resistencia. Al interior de la masa de cuerpos y voces que se enfrentaban a las fuerzas del Estado, estaban camufladas sus historias personales de hijas, esposas, madres, hermanas y compañeras, sus sensaciones humanas de miedo, cansancio, ira y resistencia social, su deseo innato de cuidar, alimentar y proteger.

Soy Avelina Rogel
Vengo de Tumbaco, pertenesco al pueblo panzaleo
del Cotopaxi.
Las medidas y la actitud de este gobierno
son repudiables.
Mi pueblo está activado en la lucha por los derechos
de todas y todos.


Catalina Chumpi
A nosotros el paquetazo
no nos ayuda en nada.
El gobierno a nosotros nunca nos ha escuchado.
Y por esto estamos aquí.
Y nosotros siempre vamos a estar al frente de nuestro pueblo luchando.
Los pasajes, no nos perdonan ni un centavo.
Y nosotros ahí estamos, por más que no tenemos nada.
Por eso estoy enojada,
estoy aquí al frente porque mi selva me da el poder y la fuerza.
Yo vivo de ella y si me muero no tendré miedo porque mi espíritu estará igual de fuerte con mis descendientes.
Y si me muero, la naturaleza se vengará.

Traducción del idioma Shuar

En los últimos días de las marchas, justamente en medio del cansancio y la incertidumbre generalizada, recogí testimonios de trece mujeres indígenas. Allpa Túquerrez Maigua, Vicenta Sánchez, Catalina Chumpi, María Pascuala Cuyo, Rosa Vaca de Zumbahua, María Caisa Tungurahua, Martina Guzmán, Azucena Méndez, Avelina Rogel, Laura María Milán, Silvia Guaman, Rosa Delia Saraguro, Piedad Ospina. Las preguntas fueron simples: ¿por qué están allí? y ¿cómo se sienten?. Entre gases lacrimógenos describieron sus sensaciones en el papel, muchas de ellas distraídas, preocupadas por su gente que habían salido al frente a luchar, algunas con lágrimas en los ojos al verse enfrentadas a sus propias emociones. Pero todas, con la fuerza y la consistencia de quien tiene claro su objetivo de lucha.

Paola Paredes Albán (b.1986), fotógrafa nacida y actualmente radicada en Quito, Ecuador. Combina la fotografía documental con imágenes basadas en recreaciones. Su trabajo actualmente se centra en los problemas que enfrenta la comunidad LGBT, explorando las actitudes contemporáneas hacia la homosexualidad en Ecuador.

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@paolaparedesphotography

#ParoNacional

El magisterio del Estado

Víctor Vimos

Una reflexión a propósito de la negociación entre el Gobierno del Ecuador y el Movimiento Indígena

La intervención de Juan Sebastián Roldán, casi al final de la transmisión en vivo en la que los líderes del movimiento indígena y los representantes del gobierno arribaron a algunos acuerdos, la noche del pasado domingo, fue bastante interesante para mirar algunas fracturas sociales en el Ecuador contemporáneo. Su discurso, por ejemplo, propuso desde el primer momento la existencia de un “nosotros” y un “ustedes” –materializado de forma extrema cuando Roldán habló de “sus familias y las nuestras”– para dejar en claro que su palabra se emitía desde el lugar que esa diferencia le otorga: el lugar del magisterio. Era él, Secretario de la Presidencia de la República del Ecuador, llamado a poner los puntos finales con un tono lleno de las inflexiones ceremoniales de quien encarna la doctrina de la paz, de la unión, de la concordia.

El grito de la normalidad

Pero detrás de ese ejercicio magisterial algo grita: un ruido mudo que busca, una vez más, reincorporar la normalidad. La “normalidad”, aquí, es el lado de la mesa que se siente llamado a “educar” al otro, a decirle que está bien ejercer el derecho a la protesta pero que tiene que saber que, en un estado de derecho con el Ecuador, eso tiene un precio legal por pagar. Esa tesis, replicada por Roldán, en su discurso hueco y fofo, es la misma que parece ubicarse sobre la altura del bien y del mal, y ser, en la medida de la conveniencia personal, la muletilla de los “defensores de la democracia”, de los “equidistantes”, de los “neutrales”. En ella, entre varios elementos, se refuerza la noción –evolucionista, ¡a esta altura!– de que hay unos que están llamados a educar y otros que están llamados a ser educados. La ley, que no coincide con la justicia, es el territorio de disputa: quienes educan, en este lado de la mesa, son gente como Roldán, como Richard Martínez, como Lenin Moreno, que no logran ampliar su territorio de diálogo a la múltiple y compleja realidad de un país que, en la década anterior a su administración, por poner un ejemplo, se vio transformado en una diversidad de formas: las organizativas, las delictivas, las políticas, etc. Para ellos, para los que educan, para los que ejercen el magisterio de lo nacional, esto se resuelve en el sentido Gamonal: con represión, con silencio, con desobediencia al reclamo del otro –¿hay noticia de la renuncia de Jarrín (Ministro de defensa) o Romo (ministra del interior, luego de que las cifras de muertos, heridos y desaparecidos se hicieran públicas?–. Lo llamativo aquí, es que esa noción del Gamonal se vuelve el estado del discurso en medio de la tensión social:

el otro, el que debe ser “educado” es, a la vez, el que debe ser reprendido, el que debe ser expulsado, el que debe ser empujado, golpeado, asesinado… porque, al final, el magisterio debe cumplirse, la educación debe imponerse, el orden debe regresar, como la ley, que no coincide con la justicia, lo manda.

Hasta que eso pase, hasta que la normalidad aparezca y fraccione y delimite, nuevamente, el otro, el que debe ser educado, es un significado flotante: puede ser ubicado en el lugar que el magisterio desee. Y el magisterio de la televisión lo ubica como delincuente, y el magisterio del gobierno lo ubica como manifestante, y el magisterio de la academia lo ubica como ignorante, y el magisterio del periodismo lo ubica como influenciable, y el magisterio del racismo lo ubica como alguien que afecta el paisaje, y el magisterio de la fuerza lo desaparece… por eso es tan posible que aparezca Romo y diga que la situación está en calma cuando en las calles la policía llena con gases los pulmones de hombres, mujeres y niños; por eso es tan normal que Jarrín diga que no hay tanques cuando el centro de Quito está cercado por esos vehículos armados, por eso es tan normal que Moreno diga que tiene la mano extendida cuando la cifra de muertos sube sin pausa, por eso es tan normal que en las redes, las personas señalaran quién era y quién no era el asesino, por eso es tan normal que Martínez –en una joya de la torpeza que debería grabarse en cobre y exhibirse, de forma itinerante, en todos los rincones del país– justifique el alza de la gasolina con el ejemplo de los carros de cuarenta mil dólares. Lo que hace Roldán, cuando habla, es la síntesis de esto y su continuidad, es lo que un hombre como él puede y está llamado a hacer: ratificar que en esta partida, unos intentan estar del lado del magisterio para sostener, retener, empujar a los otros del lado del que se debe “educar”. Y el magisterio no es reciente: a su turno lo ejerció Correa –quien dijo, por ejemplo, que sólo si se tenía PhD se podía hablar con él–; lo ejerció Gutiérrez, Palacio, lo ejerció Bucaram (¡!)… lo ejercen siempre porque la metáfora del poder en el Ecuador sigue siendo esa: la de educar al otro, civilizarlo, declararse un portador del magisterio, la de asumirse como elegido para cumplir, a como dé lugar, el deber.

La imagen del otro

Sería, además, interesante pensar qué pasa en un país como el Ecuador cuando esa normalidad no regresa. Es decir, cuándo pasan los días y la imagen del otro, del que es llamado a ser educado se vuelve una imagen fuera del molde, fuera de la “normalidad”.

¿Es que acaso el otro no tiene la capacidad para cuestionar al Estado, incluso en el uso de la fuerza? ¿Es que acaso, en un país como el Ecuador, el otro tiene condiciones justas para que su voz, no la de su representante de izquierda, no la de su representante de derecha, no la de la conferencia episcopal, no la de nadie, su voz, la suya, se oiga?

Las conquistas de los derechos colectivos en el Ecuador, han costado y cuestan, muertos, heridos, desaparecidos. Una realidad que no encaja en los pedidos de “moderación” que desde la mirada de quien ejerce el magisterio, se exige, se reclama, se espera. Sería verdaderamente interesante que regresemos la cara a la ceremonia que se realizó en el Ágora de la Casa de la Cultura en honor de Inocencio Tucumbi, uno de los primeros caídos del movimiento indígena, y observemos, con la confianza en el anteojo y no el ojo, como dice Vallejo, para ver cómo, ahí, hay un “estado” para decir el futuro. No un camino, no una garantía, no una oportunidad, un “estado”, una forma de estar, una forma de habitar y devenir en algo que no sea eso que Roldán pronuncia, que no sea eso por lo que el magisterio pugna por gritar. Del otro lado de la mesa, el movimiento indígena ha desafiado, en varios campos de sentido, el papel del magisterio gubernamental: no habla desde un sentido de infantilidad -la frase tan reiterada en estos días “nuestros indígenas”, “nuestros héroes”-. que desde los ojos del poder, los ha visto como una “masa muda” capaz de ser ubicada a conveniencia en el discurso utilitario (la idea de que el indígena, por naturaleza, debe ser de izquierda, por ejemplo), como un grupo de personas incapaces de trazar una agenda política propia que atienda sus necesidades y luchas legítimas.

Los indígenas, como en los levantamientos del 90 y 92, han remarcado su papel de actor político de peso en el Ecuador contemporáneo. Han dejado sentado un ejercicio de democracia disidente a la tarea magisterial de los unos sobre los otros: oyendo y consultando a las bases, asegurando consensos, desafiando amenazas. Han propuesto un nuevo panorama político para hablar.

Víctor Vimos

Antropólogo ecuatoriano. Ha ejercido la docencia en la Escuela de Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima-Perú), institución en la que también obtuvo su diploma de Magister en Antropología. Actualmente cursa estudios de posgrado en el Departamento de Romance and Arabic Language and Literatures, de Universty of Cincinnati, en Estados Unidos.

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Gay Gigante versus Reptiles

Oscar G. Hernández

Una de las teorías de la conspiración divertídisima es la de reptilianos, esos seres que se han infiltrado en nuestro planeta, para controlarnos y esclavizarnos. Esta teoría es de gran ayuda para integrarse en una fiesta cuando no conoces a nadie.

Los reptilianos van desde la reina de Inglaterra, Angelina Jolie, Barak Obama, Zuckerberg y sin duda Chabelo.

Algo que llama la atención sobre estas teorías con reptiles: es la del cerebro reptiliano, una hipótesis noventera que clasifica el cerebro de los humanos en 3, donde el más simple es por supuesto el saurio. En él se encuentran los instintos básicos para la sobrevivencia que pasan por la agresividad, miedo, territorialidad, dominación y los rituales, además de que controla todo lo motriz y lo instintivo.

Lo paradoja en estas 2 teorías es por un lado, lo reptil es muy básico y como por otro lado domina al planeta.

Sorprende de la teoría del cerebro reptiliano el hecho que en muchas escuelas de jurisprudencia la apliquen, para ser utilizada en tribunales. La estrategia es propagar el miedo para despertar el instinto de supervivencia y agresión para sesgar decisionesde ese modo.

Estas observaciones nos llevan a la llamada era de posverdad, que toma resonancia con el triunfo de Donald Trump y su brillante manipulación de masas ignorantes y mermadas. Desde ese momento y hasta ahora el concepto de posverdad genera toneladas de escritos, reflexiones y mesas de discusión.

La  posverdad se desarrolla en varias líneas, una de las principales es la de las emociones; y el jugar con ellas para manipular y cambiar la realidad objetiva o verdadera, por una mentira. Después de eso el desarrollo del pensamiento sobre el neologismo alcanzó niveles donde cada quien elige su realidad; devaluando la importancia de lo verdadero; esto a partir de instintos y emociones como el miedo, el amor, enojo, etc. En resumen, cero reflexión o crítica y mucho menos pensamiento lógico. Actos que darían validez a la teoría del cerebro reptil.

Hace algunos años me encontré con una novela gráfica chilena de gran impacto en Latinoamérica con varias ediciones y records de ventas que mencionaba:

“El mundo está lleno de imbéciles… siempre va a existir gente agresiva e ignorante, incluso gente que tratará de hacerte cosas malas en secreto sólo porque te encuentra “raro” y punto. Pero tú nunca dudes de ti.”

Gay Gigante

El contenido de esta novela se desenvuelve en contra de lo inculto, lo analfabeta, la barbarie y todas esas cosas que nos meten en la posverdad reptil. El argumento principal del libro es una batalla contra el miedo, ese miedo que fácilmente se instala en las masas ya sea para elegir un presidente o para desatar una persecución.

Gay Gigante se convirtió en algo más que un relato gráfico, es un libro crucial para estos tiempos de negación a la verdad.  El chileno Gabriel Ebensperger logra mostrar de manera simple y clara distintos momentos en la vida de una persona que descubre su sexualidad, la cual resulta opuesta a lo que se considera “normal”; En esta historia no hay tragedias ni grandes dramas, sólo el miedo de crecer y encontrarse rodeado  de mentes retrogradas, es una narración que tiene la virtud de ser divertida y que burla a la imbecilidad.

Se es un gay gigante porque algo gigante no se puede esconder, se es gigante porque escapa y enfrenta al miedo, porque al final siempre hay un acto de valor y de verdad que va más lejos.

Este libro se suma al exitoso Fun Home de Alison Bechdel y al tan aclamado Le Bleu est un Couleur Chaude de Julie Maroh y tantos otros que abordan los temas no binarios; con el plus de ser una novela gráfica latinoamericana.

La novela es un llamado a la reflexión, al valor, a la aceptación y al orgullo, es el playlist de un relato honesto que refleja la alegría por la vida. Gay Gigante muestra cómo escapar de las trampas del miedo para no quedar reducido a un simple reptil o dinosaurio en la era de la posverdad y el fake news.

Oscar G. Hernández editor de sección en la Revista Marvin

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DixitRadio – Entrevista a Eli Casasola

No me llamo es un ritual de historias y un ritual de imágenes, Elizabeth Casasola nos comparte un trabajo íntimo y personal, un ensayo sobre las emociones y los cuerpos. No me llamo fue una serie finalista en el International Photography Grant, medalla de oro en Tokyo International Foto Awards y portada de She Shoots films magazine además de haber sido exhibida en Melbourne.

Elizabeth Casasola Maestra en Artes Visuales egresada de la FAD-UNAM

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