La filosofía de la plaga

Lorena Souyris Oportot

Interesante análisis del panorama epidérmico de Alain Badiou, cabria hablar de una suerte de “filosofía de la plaga” y buscar e interrogar en el virus mismo, su germen. Me acojo a la idea de Badiou respecto a la sobre-información que rodea, enreda y perturba por, muchas veces, lo inadecuado a la situación. Tal como sostiene en el cuarto párrafo y que lo ejemplifica en el párrafo 25 a propósito de las “redes sociales”; como también cuando hace alusión a la relación entre “economía y política” y su “orden social”.

También adhiero sobremanera a su formula “Yo primero” como regla de oro de la ideología contemporánea para hacer frente a esta peste global, la verdad es que lo que esta predominado cotidianamente, con el pánico mundial, es la exhibición de este “Yo primero” intentando abastecerse de todo y contra todos. Sin embargo, cuando se trata de “definir el problema” partiendo de un punto de articulación entre, palabras de Badiou, “determinaciones naturales y sociales”, cuyo “punto de origen” es el “empuje natural del virus que transita a la especie humana” (párrafos 10/11), me hizo recordar a Hobbes y su clásico “Leviatán”, sobre todo el libro XIV en el cual, él expone el ejercicio del derecho natural hacia el “pacto” social; dicho de otra manera, el tránsito de lo animal a lo humano mediado por dicho “pacto”. Y recalco “pacto” pues no es lo mismo que una “convención” que está ligada a un “contrato”.

Al mismo tiempo, me recordó a Rousseau y su clásico “Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres” cuya tesis (de modo muy general) es que la naturaleza esta sometida al derecho y a la ley moral. Esto, apoyado de la crítica que establece Rousseau a la idea de “perfectibilidad” como facultad, en el paso a lo social, de la razón y lo expresado en el origen de las lenguas. Me complica mantener este dualismo Naturaleza/Sociedad (tal y como lo habían afirmado ya estos dos grandes de la filosofía política moderna) como “determinaciones”!! sobre todo el hecho de que en dicho dualismo, Badiou, inscriba y determine ambas categorías (valga la redundancia) como “determinaciones”.

En mi opinión, es manifestar el “encierro” a que nos está llevando esta peste global en su máxima expresión, es decir, estamos “determinados” y, por tanto fijados y sin “salida” entre lo “natural” y lo “social”. Aún no tengo una “respuesta” a la “salida” de este binarismo.. pero siempre me he cuestionado el por qué mantenerse en los binarismos y de todo orden.

Finalmente, no concuerdo para nada con la formulación sobre “la verdad verificable de la ciencia” como dispositivo para “creer” y ver la “solución” del virus, en circunstancias que la ciencia opera, más aún en estos tiempos, como ideología de control genético. Pero, sí me sumo a la propuesta de buscar, y creo que habría que escudriñar en el germen del virus mismo, una nueva política basada en las experiencias localizadas, bueno hay que darle mas vueltas al asunto.

Lorena Souyris Oportot

Doctora en Filosofía por la Universitè de Paris 8. Investigadora agregada en LEGS (Laboratoire des études de genre et de sexualité) Universite Paris 8, Universite Paris Nanterre / CNRS.

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