Alcest y el espiritismo musical de otro mundo

David Kveldulfsson

El 25 de octubre será el lanzamiento oficial de Spiritual instinct, el esperado álbum de la banda francesa Alcest. Mucho se ha especulado sobre este disco luego de la contundente aparición de Kodama (2017), este último considerado como uno de los mejores discos de la banda por varios de sus seguidores. Para este otoño, se nos presenta una nueva oportunidad para confirmar que Alcest se ha consolidado como una agrupación de élite en la escena del rock de este siglo.

Para este momento, se han liberado dos sencillos para la promoción del nuevo trabajo. El primero de ellos Protection, es una canción con una fuerza musical inconmensurable, misma que nos da atisbos del trabajo anterior pero que, más allá de buscar una continuidad, expone una expansión de la crudeza y dulzura que la banda ha transformado en su sello sonoro. El segundo es Sapphire, se trata de una pieza que oscila entre melodías suaves y una serie de riffs duros con una base sólida de bajo y batería, que en conjunto ayudan a conectar los latidos del corazón con la voz de Neige (Stèphane Paut, músico muy accesible a quien tuve oportunidad de conocer el verano de 2018 durante su visita a México).

La combinación y acompañamiento entre las guitarras y las cuerdas vocales del líder creativo de Alcest, son una forma de expandir texturas dentro del viento sonoro que nos hace retumbar con una energía trepidante e incesante. Hacia el final de ambos sencillos, se dejan escuchar los breves pero no menos ásperos guturales de Neige, todo ello como una forma de expresar un dolor que libera y, a su vez, es anuncio de melodías anestésicas.

La batería se caracteriza por una serie de ritmos contundentes que, en ocasiones, son interrumpidos por breves matices que parecen estar pensados para bajar la simetría con la que las canciones se esculpen dentro de nuestros oídos. Winterhalter fue el encargado de marcar los ritmos y nuevamente deja ver que tiene un estilo muy característico para explorar todas las piezas de su instrumento. Para este disco, contaron nuevamente con la participación de Zero en la guitarra e Indria en el bajo, quienes no sólo han logrado conectar con el espíritu musical de Paut, sino que también han aportado una parte sobresaliente para el exclusivo sonido de la banda.

Con estos dos sencillos los franceses nos muestran nuevamente su capacidad creativa; asimismo, su sonido se asemeja a un péndulo entre nuestro mundo y otro plano espiritual mucho más lejano, pero no menos real y tangible. La mezcla entre el áspero sonido de la Les Paul de Zero y el timbre sesentero de la Jazzmaster que desde hace ya varios años utiliza Neige, se conectan mediante la reverberación y delay que ambos guitarristas utilizan para producir ese efecto de nubes sonoras distorsionadas y en constante expansión. Por su parte, Indria aporta un bajo profundo que sostiene las melodías de ambas canciones, el cual también forma parte de ese acercamiento a otros mundos que Alcest siempre ha venido generando. Además, lejos de sucumbir al marcado uso del inglés tan característico de la escena del rock internacional, los franceses continúan con el uso de su lengua nativa, lo cual evidencia una necesidad de recuperar la esencia cultural de cada banda y, de igual modo, termina por demostrar que el rock no es asunto de idiomas, sino de conexiones energéticas y melodías en donde la voz es un medio más para lograrlo.

Con éstos dos sencillos, Alcest reafirma que su nueva obra también está pensada para mostrarnos la experiencia serena de habitar otros mundos y momentos atemporales mediante su música, al tiempo que suscitan un insólito desarrollo de una suerte de espiritismo musical.

Hace un par de días anunciaron las fechas de la gira europea. La espera para tenerlos de regreso en los escenarios latinoamericanos ha comenzado.

David Kveldulfsson, [email protected]

Doctor en historia por la FFy L de la UNAM, especialista en fotografía como fuente histórica y objeto de la historia. Melómano rockero y crítico musical.

Nos leemos pronto