Risografía y Zines

Oscar G. Hernández

La manera en que se construye la cultura visual va de la mano con los avances tecnológicos y el acceso a ciertos materiales, resultan inimaginables transformaciones que hubiesen sido imposibles sin el acceso al recurso material y tecnológico.

La tecnología cambio para siempre la idea de concebir el mundo, la imprenta fue más que crucial para realizar esos cambios. Sabemos que sin ese aparato que permitió reproducir masivamente textos y diseminar el conocimiento de dichos textos, el mundo no hubiese cambiado, a pesar de que los primeros impresos en distribuirse fueran religiosos, con el tiempo serian otros contenidos los que verían la luz en aquellas imprentas.

Los humanos siempre han buscado métodos para duplicar las imágenes. La tecnología que acompaño la reproducción de estas imágenes formó nuestros modos de leer y de crear dichas figuras. Un ejemplo muy simple es como la manera de realizar encuadres fotográficos hoy en día corresponde por completo al dictado del smartphone, todo lo fotografiable y video grabable para esta tecnología; se debió ajustar al tipo de encuadre vertical y cuadrado que desplazo por completo al encuadre horizontal o wide screen. En nuestra época a nadie le importa usar el formato horizontal ya que los medios de distribución son verticales. Y lo que es peor aún, la manera de mirar se volvió vertical y cuadrada. Sobra decir que la manera de crear composiciones también.

Los recursos tecnológicos suelen limitar o expandir posibilidades creativas; En el ámbito de la ilustración y del cómic una pequeña revolución se ha venido gestando desde hace más de una década. Esto se debe a la recuperación de una tecnología antigua conocida como risografía.

Las razones por las que la risografía se ha puesto en voga de los ojos de las artes son muy importantes pero sobre todo significativas. En realidad resulta un tanto hipster, en el buen sentido el impacto de esta técnica en las artes gráficas, ya que los procesos risográficos datan de los años 80’s del siglo pasado. Podemos decir que si los vinilos regresaron al igual que los cassetes ¿por qué la risografía no habría de hacerlo?

El tema con los equipos riso va más allá de una simple moda o snobismo, en realidad esta tecnología fue diseña para ser democrática y accesible. Las maquinas riso fueron inventadas en el Japón de la posguerra con la finalidad de poder proveer de una tecnología de impresión barata sin la necesidad de una imprenta. Y aunque algunos consideran a los equipos riso como una simple fotocopiadora en realidad sus alcances son más complejos. Los equipos risográficos son cercanos a los métodos de la serigrafía y de la litografía. Las impresiones con esta tecnología producen piezas únicas e irrepetibles; la riso al igual que la serigrafía trabaja con una superposición de colores que la llevan a ser algo más que una simple fotocopiadora. La textura de los impresos en riso recuerda a la litografía ya que tienen una sensación grasa y liquida, además de que la tinta no queda fija del todo. Estos argumentos obviamente son para aquellos muy clavados con la apreciación de la imagen impresa. Y ¿qué pasa? Si a usted querido lector le vale un cacahuate o un comino todo eso. Pués resulta que la riso es la única tecnología ecológica en procesos de impresión ya que imprime en frío y usa tintas hechas a base de soya. Y si aún esas razones le importan poco también. ¿Entonces qué? Púes resulta que estas impresoras son las únicas que otorgan la posibilidad de autogestionar los modos de impresión.

Es en estos puntos donde queremos abordar el valor significativo de los impresos con estas técnicas, ya que no sólo se trata de la exaltación de lograr un impreso único hecho por un artista único. Lo que vemos es una tecnología que va en sentido contrario a las lógicas de consumo y desecho. Estas maquinas son un elogio al pasado en el que las cosas se hacían para durar y para indirectamente impulsar el ahora tan mencionado Do it Your Self. El hecho de contar con el acceso a un equipo de este tipo permite el desarrollo de una pequeña editorial de alta calidad. Esa es la principal razón por la cual los artistas gráficos y de cómic, así como una buena cantidad de poetas y escritores se han lanzado a la aventura risográfica.

Estas pequeñas imprentas contiene ese espíritu punk que ha acompañado la creación de autopublicaciones que no requieren de la aprobación ni de la complacencia de nadie. En el underground de los impresos de ilustración y de cómic se volvió fundamental la publicación risografica; la cual permite tener fanzines con una calidad exclusiva, no sólo por el valor artístico que puedan contener en sus páginas. Sino por el valor que han tomado los fanzines como producciones de pequeños tirajes que compiten con el famoso libro de artista, con contenidos que sólo tienen vida en el universo de la auto publicación y que además no pretenden ser masivos. Un libro de artista suele ser inalcanzable, sin embargo un buen zine se puede conseguir a un precio más que accesible.

La risografía con los fanzines han impulsado un nuevo movimiento que agrego ese plus al sólo hecho de usar un blog o una red social para el trabajo autoral. La recuperación de estos formatos ha permitido que existan resultados materiales únicos y verdaderamente limitados, ya que un tiraje con estas máquinas no suele ser mayor a los 200 ejemplares, algo que para la gran industria editorial no suele ser importante, pero que en el mundo de la llamada small press son piezas de alto valor ya que cada una de ellas es irrepetible por muchas razones.

Las instituciones culturales que suelen reaccionar muy tarde a los movimientos artísticos y culturales que ocurren bajo tierra, hace algunas décadas reconocieron el valor de los fanzines y lentamente han comenzado a formar colecciones y a rescatar estas pequeñas publicaciones. Debemos mencionar que la creación de fanzines no ha dependido de la riso, en realidad estas publicaciones siempre recurrieron a la fotocopia; A la riso se le considero siempre una fotocopiadora, es hasta hace muy poco que las exploraciones sobre ella se expandieron para mostrar toda esa gama de posibilidades que mencionamos anteriormente.

En nuestro país donde la ilustración se hace cada vez más fuerte y la narrativa gráfica se encuentra en un proceso de gestación, podemos decir sin temor a equivocarnos que los equipos risográficos son cruciales para el resurgimiento de este arte. Esto se debe a que aún no existe una industria editorial que provea de espacio a los autores, situación que ha llevado a la gran mayoría de creadores a buscar salida en la autopublicación. Una salida por demás benéfica, autores que vienen de procesos risográficos se han alzado con premios internacionales de novela gráfica como es el caso de Emmanuel Peña o se han integrado a poderosas editoriales internacionales como Fantagraphics, en el caso de Abraham Díaz.

Este fenómeno no es exclusivo de nuestro país, la revolución de las imprentas risográficas y del fanzine permea a todo el planeta, impulsando el trabajo autoral de creaciones visuales y escritas que sólo tienen vida en el universo de pequeñas editoriales alejadas del trending, pero que silenciosamente van cambiado la cultura de nuestro tiempo, al igual que alguna vez lo hizo aquella vieja imprenta de tipos móviles desarrollada en la Alemania de la edad media el cual imprimió por primera vez un gran tiraje que constaba de 150 ejemplares únicos e irrepetibles, los cuales a la larga cambiaran la cultura visual y escrita de todo el planeta.

Oscar G. Hernández editor de sección en la Revista Marvin

[email protected]

Nos leemos pronto