Domesticaciones urbanas

Arnaud Exbalin

A fines del siglo XVIII, en la Ciudad de México, miles de perros fueron exterminados por los guardas nocturnos (los serenos) bajo el mando de los virreyes. La explicación higienista que se suele avanzar para entender estas masacres aquí no funciona: no había en aquella época ninguna epidemia de rabia. ¿Cómo entonces explicar estos canicidios? A partir de un lienzo del archivo histórico de la Ciudad de México, esta conferencia pretende difundir los resultados de una larga investigación sobre las nuevas formas de gobernar la ciudad durante la Ilustración.

Las matanzas de perros no son una especificidad mexicana. Eliminar los perros callejeros es una norma de los bandos de policía que se encuentra también en otras ciudades occidentales: en Santafé Bogotá, en Sevilla, Cádiz, Madrid, Paris, Lyon, Marsella, Estambul, y últimamente en las ciudades organizadores de la Copa del Mundo de futbol de 2018 en Rusia. Sin embargo, las técnicas de erradicación (a palazos), los espacios y los momentos (durante la noche, directamente en las calles), la identidad de los verdugos (los serenos) cuestionan sobre la dimensión “colonial” de tales masacres. Nuestra hipótesis es la siguiente:

“los canicidios nos dan una perspectiva original para observar y evaluar el policing y la racionalidad gubernamental en la ciudad de las Indias occidentales”.

La primera parte de la ponencia se enfoca en el primer protagonista de las matanzas: el perro vago (callejero). ¿Quién es? ¿Cómo viven en el medio urbano? ¿Es verdad que eran pletóricos como lo afirmaban los virreyes? A partir de estudios de etología urbana, demostraremos que el perro libre (sin collera) era el animal más común de las ciudades del antiguo régimen. Cuestionaremos la legislación urbana a partir de la historia del derecho y de las relaciones antropozoológicas.

Matar los perros para gobernar

Matar un perro no es una tarea fácil de ejecutar sobre todo cuando se practica de noche con un simple chuzo. Los perros esquivan los golpes, huyen y se defienden mostrando los colmillos. La vecindad, despierta por el escándalo, interviene: uno dice que era su perro, otro insulta o pega al sereno. ¿Cómo el guarda nocturno podía seguir tranquilizando la comunidad (que era su primera obligación) matando a la vez los perros de la calle?

“Durante el siglo XIX, las autoridades aceptaron finalmente descargar los serenos de este tormento e inventaron nuevos técnicas de erradicación con venenos químicos y con cámaras de gas”.

Esta segunda parte se dedica a presentar el encadenamiento de las matanzas, a los serenos, las técnicas de eliminación y la gestión de los cadáveres.

La última parte propondrá una interpretación de los canicidios con dos niveles de lectura. El primero nivel, de escala local, pone énfasis en las especificidades del caso mexicano: cuando mataron a los perros, los indigentes (vagos, pobres desincorporados, aprendices) fueron en el mismo tiempo duramente reprimidos. Hubo en el marco de la policía de los pobres un giro represivo sobresaliente.

El segundo nivel de lectura se ubica dentro de la larga duración y a escala mayor. Los canicidios revolucionaron nuestras relaciones con los animales en las ciudades. El vecino que vemos todos los días paseando con su mascota atada es una práctica nacida de estas masacres repetidas y el avatar de un largo proceso de domesticación urbana.

Arnaud Exbalin  es doctor en Historia y Maestro de conferencias en la Universidad de París X, Nanterre / Mondes américains.

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Este martes 1 de octubre, 16 hrs, Arnaud Exbalin presentará en el auditorio del CEMCA-IFAL, Domesticaciones urbanas.Matar los perros para gobernan la ciudad. Río Nazas #43, Cuauhtémoc, 06500, CDMX.

Comenta: Marcela Dávalos López INAH

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Nos leemos pronto