El legado de ver

Gabriela Molina

Para un pintor, la pintura es la forma en que puede expresar la profunda y nítida sensación de ver, y cuando uno observa la pintura de diferentes artistas, una o uno puede aproximarse a ese legado

de lo que ha representado para la historia de lo humano haber visto, de haber tenido la experiencia de ver.

Uno ve pintura, imágenes, nombres, cédulas de fichas técnicas pero en realidad lo que vemos, es lo que ha sido transmitido por aquellos que han visto. Y ojalá todos pudiéramos ver de esa profunda forma, así podríamos aproximarnos a la consistencia y esfuerzo que implica la sinceridad. 


Gilberto Aceves Navarro no sólo fue un aprendiz y maestro de ese lenguaje abstracto de puntos, manchas, líneas, ritmos y sensaciones que emanan del cuerpo, sino que desarrolló la habilidad en el control de esa sensibilidad única, y para nuestra riqueza personal tuvo la generosidad de hablarnos acerca de la pintura, enseñarla y compartirnos esa motivación por el proceso creativo de ver.

Mi invitación sería la de reunir la concentración necesaria para aproximarnos a ver su pintura, para que siga viviendo lo que ya es un legado. Y que al verla también experimentemos su extraordinario sentido del humor y su capacidad única para contar nuestra propia historia de ¿cómo somos?, ¿cómo podemos ser? y desde acá, ¿cómo pudimos haber visto la conquista?, ¿cómo nos hemos constituido?

Su hijo, como director de la Fundación Aceves Navarro, esta haciendo un trabajo extraordinario por difundir las enseñanzas y obra de su padre. La FAN, se ubica en el taller donde desarrolló su obra y su método pedagógico, ubicado en Monterrey 327 en la colonia Roma de la Ciudad de México. Es un espacio de encuentro, abierto al aprendizaje y la creación para todas las edades. Al maestro Gilberto Aceves Navarro se le rindió ayer un homenaje póstumo en el Palacio de Bellas Artes.

Gabriela Molina historiadora del arte

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Luminiscente

Álvaro Rodríguez

Por la ventana de un viejo templo, una luz vacila diagonalmente en dirección al muro, esa ventana es el ojo de la virgen, a través de su marco transita el rayo estenopeico que corta los oscuros interiores del templo de las clarisas, en otrora, de la Purísima Concepción. Después de algunas modificaciones a esta cúpula que guarda cuatro siglos y con ellos, los cuatro rostros, de los cuatro sabios de la iglesia, su destino como observatorio devino después de 1861, tal vez por su rictus lúgubre, siendo ya en el siglo XX un lugar de refugio y abatimiento para alcohólicos y prostitutas llamado “La Constancia”, un lugar para dejar la perdición regularmente en manos de las expiaciones y los efectos alucinógenos que el lugar puede brindar a las tristes melancolías. La arquitectura de su bóveda sobreviene de la destrucción del campanario, no así, este lugar además de custodiar importantes documentos independentistas, hoy se disfruta en una simbiosis de archivo, biblioteca y galería de arte contemporáneo.

Luminiscente de Isabel Gaspar, artista visual de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, presenta en Purísima Arte Contemporáneo una pieza majestuosamente ensamblada, una escultura holográfica y cinética que deja perplejo al espectador de visión sostenida. Esta instalación de sitio específico como es llamada por Aldebarán Solares curador del proyecto la Purísima Concepción del Ex-Convento de Santa Clara, esta ubicada pendularmente, suspendida al centro de la cúpula de la capilla, a los pies de la pieza se puede circular al rededor de una traza reticular de figuras holográficas que descomponen la luz blanca (de las clarisas) en evidentes deflagraciones tornasol que evaporan la mirada hasta llegar a la pieza compuesta por discos intersectados, placas conformadas por un armado en glitch, un procedimiento de intervención en la impresión de la imagen digital, una resultante de la interferencia o el error en la imagen, que bajo cortes y ensambles del soporte en papel algodón otorga materialidad, superficie, colorido y recomposición a una imagen cuyo aura es el fresco y la encáustica. Los fisionotrazos de los cuatro sabios de la iglesia, que en los discos de Isabel se tornan entramados luminiscentes establecen retratos bajo frecuencias que se pierden al efecto retiniano, como un diálogo de patrones entre pigmentos y código digital. Ver los rostros divinos a través de este dispositivo significa borrarlos de la memoria corta y observarlos a través de esta estructura visual, significa imaginarlos en una frecuencia lumínica que no es la del rayo que formaliza las apariciones sacras al introducirse por la arquitectura, sino bajo un procedimiento de mímesis digital de la luz que ha sido refabricado artesanalmente en cortes, por no decir manualmente para establecer una relación devocional de placeres luminiscentes.

Si hay algo que había dejado de suceder en el centro histórico por el regocijo de flâneurs y caza cócteles, es el gusto de perderse por los interiores de los templos y fascinarse de las posibilidades de la luz, en formas soterradas por la destrucción del tiempo, por sus desvencijadas sombras. Luminiscente es un tratamiento constructivo tomado de un soporte real, un fresco en el muro extraído y dispuesto en una dimensión escópica casi impensable, la del efecto prismático no pentagonal, ni poligonal, sino circular y desde luego galáctico como alguna vez lo fue esta capilla para dar ordenamiento al ojo y dar luz de lo infinitesimal de lo visible y también a la profanación deconstructiva de la fe.

Álvaro Rodríguez historiador

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Luminiscente de Isabel Gaspar en Purísima Arte Contemporáneo, Tacuba 29, Centro histórico.

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DixitRadio – Entrevista a Eli Casasola

No me llamo es un ritual de historias y un ritual de imágenes, Elizabeth Casasola nos comparte un trabajo íntimo y personal, un ensayo sobre las emociones y los cuerpos. No me llamo fue una serie finalista en el International Photography Grant, medalla de oro en Tokyo International Foto Awards y portada de She Shoots films magazine además de haber sido exhibida en Melbourne.

Elizabeth Casasola Maestra en Artes Visuales egresada de la FAD-UNAM

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Errata

Álvaro Rodríguez

Los gestos de corrección son más que reflejos de una conciencia disciplinaria, son sobre todo reparaciones de memoria y consignas frente a la construcción de realidades. Es como Errata se inaugura en una era de la verdad algorítmica y los archivos hipercustodiados.

Este 10 de octubre, la Fundación Antoni Tápies, inaugurará Errata, la exhibición de ocho proyectos de Ariella Aïsha Azoulay quien intervendrá en la gramática imperial de los archivos fotográficos: Enough! Claiming Rights, Natural History of Rape, Master Pieces, Books not in their Right Place, Potencial History of Palestine, Unshowable Photographs-Many Ways not to Say Deportation, Errata-Imperial Publications y Un-Document-Undoing Imperial Plunder [film].

El trabajo de Ariella Azoulay después de Historia Potencial, nos mostró como una narrativa puede ser inscrita en el marco de la ignominia y el exterminio. Azoulay en el ejercicio minucioso de la indagación muestra la manera en la que deben ser interrogados los archivos contemporáneos. La violencia también se inscribe materialmente en el saber, y es como el aparato lingüístico establece un glosario de términos que instituyen la violencia y los lugares comunes, los desprecios, el genocidio y la desaparición.

“Interferir en el conocimiento imperial impreso en los libros, de desaprender las estructuras imperiales de numerosos gestos heredados por académicos, artistas, fotógrafos y conservadores de museos que los utilizan en sus prácticas”

https://fundaciotapies.org/es/exposicio/ariella-aisha-azoulay-errata/

La exposición promete recorrer desde los modos no-imperiales de la cultura archivística, tal y como procedería un impresor avezado en las correcciones y precisiones en el contexto de la propaganda de guerra. Los terrenos que serán explorados son aquellos que definen la segunda mitad del siglo XX: la segunda guerra, la destrucción de palestina y otros proyectos coloniales. El cuidadoso escrutinio de la posición de curadores, jefes de obra, expertos en arte y académicos que han contribuido a fijar y petrificar sensibilidades y discursos desde la narrativa imperial. Azoulay también problematiza el museo como un espacio discursivo donde sus gestores son los principales agentes del dominio cultural y lingüístico.

La reflexión de Azoulay se centra principalmente en las formas no sólo en las que se construye el archivo, sino como el archivo dispone los materiales del pasado para ser leídos de una forma y no de otra, como el archivo se torna un dispensador de fuentes y documentos que se tornan indispensables y ocultan la posibilidad de ser interpelados de diversas formas por los ciudadanos.

Esta cultura imperial de las pruebas documentales parte de la premisa de la sacralización de los objetos, que quedan sellados en el pasado y pasan a ser considerados como “históricos”, o sea donde el mito los cristaliza como incuestionables.

Errata inside en esa sacralidad archivística imperial, y visibiliza aquellos errores derivados de esas afirmaciones sustanciales, extraídas de los documentos “históricos”. La compulsión de los conservadores, los centinelas, los directores de archivos que consideran la preservación de un pasado intacto e inamovible y explotan desde sus posiciones institucionales esa visión imperial del pasado. En el retoque, en la digitalización, en la transformación y la desmaterialización de los documentos, en su obliteración, expurgo y destrucción, Azoulay indaga el estatus selectivo e intocable del conocimiento. Este estatus documental pasa por libros, documentos, fotografías principalmente y obras de arte.

Ariella Azoulay en su filme Un-documented: Undoing Imperial Plunder establece un derecho a revertir el conocimiento imperial y las formas de la violencia constituyente. El régimen imperial que pondera todo Estado nación y pretende separar el tratamiento de los objetos y el maltrato de personas como indocumentadas.

En una doble operación la demanda por el derecho a reconstruir el conocimiento postimperial y decolonial estalla con la inscripción del derecho fundado en aquellos objetos expoliados y saqueados que fueron “bien documentados y registrados”, que sirvieron a generaciones para aprender en las vitrinas de los museos de historia y que restituyen ese derecho a aquellas personas solicitantes de asilo, generalmente indocumentadas de donde provienen dichos objetos “bien documentados”.

Álvaro Rodríguez historiador

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Las pistas y los atuendos

Álvaro Rodríguez

La violencia con la que se han desenvuelto los periodos guberna-mentales han prolongado una cultura visual con algunos precedentes, pero nunca de los alcances de comunicación que hemos visto hasta nuestros días. De hechos de sangre y sensacionalismo, hemos transitado por la estetización del terror hasta la factura de lenguajes del miedo y la parálisis psicológica.

No así, los fotoreporteros y artistas visuales no han dejado de producir piezas que son profundamente críticas con el contexto y altamente reflexivas sobre la labor investigativa que debemos construir como sociedades complejas ante un desprecio por la construcción de un verdadero aparato de justicia. 

Expos y galerías

Me gustaría mencionar que para entender por ejemplo la serie fotográfica que desclasificó el año pasado la fiscalía de Veracruz, podríamos echar mano del trabajo de Fred Ramos: The Last Outfit of The Missing, donde se pueden atisbar los restos del atuendo como unidades de índice y de guía en las búsquedas de desaparecidos.

Esta semana en NY en la galería Apexart, discuten los prolongados mecanismos de la investigación judicial, los mismos que han usado para la incriminación, The Criminal Type, curada por Elizabeth Breiner se presentará hasta el 26 de octubre de este año. Y próximamente en los archivos nacionales franceses, le rendirán una retrospectiva a Alphonse Bertillon quien estableciera las pautas para los nuevos rumbos de la criminología moderna y la formación de las policías científicas, con La science a la poursuite du crime, Alphonse Bertillon. Pionnier des experts policiers, curada por Pierre Piazza.

Debemos poner atención al culto de los atuendos, porque cuando los poderosos se disfrazan de menesterosos, hay una cola que les está pisando el sabueso de Baskerville no por menesterosos.

Álvaro Rodríguez historiador

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Porque aunque parezca imposible, “lo increíble es la verdad”

Álvaro Rodríguez

Con esta frase, Catch As Catch Can-Jean Sebastien Ruyer intitula una de sus fabulosas series de litografías ficcionales hoy expuestas en el museo de arte contemporáneo de Querétaro.

La ficción es aquello de lo que la verdad no debería desprenderse

Próximamente el Gimnasio de Arte abrirá un curso dedicado a las visualidades forenses, la importancia del tal curso es brindarle a sus miembros una mirada de lo que se ha venido construyendo desde la gran ficción histórica llamada la verdad histórica de Murillo Karam, una puesta en escena de la simulación de los procesos indiciales de rigor en campo, con los que se puede abominar una investigación.

Con la exposición de Forensic Architecture en el Muac, el muro de la verdad, dispositivo de 25 metros donde se representó la línea del tiempo de los hechos ocurridos la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014 en Iguala Guerrero, se extienden las piezas en las salas de arte y los performances. Una actualización de este mural que puede ser consultado en la página de Forensic Architecture y también en la Plataforma Ayotzinapa de la que se desprendió, es sin duda el muro constituido de piezas de lego del artista Ai Wei Wei también en el MUAC.

Tras las pistas de los encubridores

Un break news reciente de Segob, es que Murillo Karam será llamado a comparecer ante los tribunales de la fiscalía, lo que dejó en materia administrativa este funcionario fue literalmente un basurero de líneas de investigación que por su factura no escapan a la investigación misma. Los casi 90 documentos digitalizados que en su momento desclasificó la PGR y que se traducen en miles de fojas, se sostienen de copias ilegibles y obliteradas, imposible de leerlas, con imágenes sin protocolos serios de registro y con un sinnúmero de alteraciones, todo ello sabido y analizado por la EAAF,GIEI y FA.

Veremos si Murillo Karam podrá ponerse una peluca de hippie o una gorra de rapero para librar a la interpol.

Álvaro Rodríguez historiador

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Buscando el equilibrio entre buen gusto y pretencioso…

Nicolas Vander Biest

Con el lanzamiento de una nueva temporada de arte el pasado fin de semana en la Ciudad de México, lo mejor y lo peor volvieron a existir. De repente, cada galería está llena de entusiastas del arte durante 3 días, y después, esos lugares de arte vacíos parecen ser el lugar ideal para que el hipster se encuentre con nuevos tipos de personas ricas. 

Lo bueno es que tienes muchas cosas que ver si eliges una colonia con algunas galerías, puedes caminar de uno a otro lugar y tomar algunas bebidas gratis en cada una de ellas. ¿Galerías o tiendas o templos?

¿Y qué onda con el Matuvu?

¿Es realmente sobre el arte, el espectáculo del glam? No lo creo, el arte es un pretexto para vestir con ropas extrañas, fuera de los hipsters y nuevos ricos que se quedarán con sus chamarras azules y sus mocasines. Es principalmente un evento “matuvu”, m’as tu vu, ¿me has visto?, un evento que la gente va para mostrarse con bebidas gratis. 

 ¿A quién no le encanta eso? Te verán como un amante del arte y no tendrás que gastar un centavo en bebidas. Noche barata y todos piensan que en realidad estás buscando una nueva pieza para tu colección de arte. Difícil saberlo obviamente pero, realmente me pregunto ¿cuántas ventas reales se realizan en este fin de semana? En verdad es el peor momento para comprar una pieza porque hay tanta gente que casi no se puede ver lo exhibido.

Si compras esa noche bajo la influencia del alcohol gratis, podría ser una mañana fea después de darte cuenta de lo que realmente compraste. Aunque parte del Matuvu es también que sepan que vistes y gastas como bebes. Guapo, culto y borracho ahora sí tendrás un lugar especial en las referencias de los caza cocteles y los coleccionistas de arte contemporáneo que también les interesa el universo del G.L.A.M.*

*Galerías, Libros, Arte y Museos.

Nicolas Vander Biest     cineasta, crítico y artista visual

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Love y venceremos

Ana Álvarez

Cuando empezamos a revisar las más de 70 libretas de dibujo de Rini Templeton para la próxima exposición Love y venceremos en la Casa del hijo de Ahuizote descubrimos diversos retratos del metro del CDMX que no eran en esencia distintos a las reconocidas imágenes de Rini sobre movimientos sociales.

A Rini Templeton le interesaba profundamente la gente, la vida no sólo en sus momentos álgidos, sino también en su devenir cotidiano: las largas horas de quienes resisten en compañía, tejiendo, frente a las ruinas de un edifico caído en San Antonio Abad en el temblor del 85.

La obra de Rini es memoria pero sobre todo mirada. No dejen de ver esta exposición en las vitrinas del zócalo que anticipa la exposición de Love y venceremos en octubre en la Casa del Hijo del Ahuizote.

Ana Álvarez curadora, fundadora de Citámbulos

@casadelahuizote
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