Sayas y mantos

Álvaro Rodríguez

En la construcción de un estereotipo femenino, en la mujer tapada limeña existe una literatura extensa sobre el tema, ahora que las pandemias han insistido en pensar las mascarillas como un eterno cotidiano del rostro, las identidades anónimas no le pertenecen tanto a las pestes como sí a las figuraciones de recogimiento o velo que explotan ahora más que nunca.

La imágenes entonces de las nodrizas de Los hermanos Courret que fundaron el estudio fotográfico: Fotografía Central en pleno centro de la ciudad de Lima en el Jirón de la Unión. Formaron parte de una distinguida élite limeña, además de haber retratado un sin número de personajes distinguidos de esta esfera, destaca una serie de fotografías sobre “amas de leche”, nodrizas afrodescendientes que se encargaban de cuidar y amamantar a los bebés de la élite. Otra faceta de la mirada de los hermanos Courret tiene una transferencia de la vida colonial y casi victoriana del Perú. La mujer tapada, fue un género de fotografía que mostraba a la mujer que velaba su rostro parcialmente acusando un gesto de dignidad y por otro lado de seducción.

El anonimato en la época colonial como lo revelan algunos estudios históricos y literarios funcionaba como un mecanismo de recato y gracia, al tiempo que accionaba un juego de miradas con el ocultamiento del cuerpo, una práctica muy extendida en algunas regiones de España y del medio Oriente como lo veremos con las fotografías de un fotógrafo francés nacido a finales del siglo XIX, que había trabajado en la enfermería para la atención de los enfermos mentales en la Prefectura de policía de París y que más tarde fuese el mentor de Jaques Lacan.

Gaëtan Gatian de Clérambault (1872 – 1934) psiquiatra, etnólogo y fotógrafo intersecular atravesó el África septentrional, el Magreb y Marruecos, su obra es de una soltura que lo llevó a dar clases en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes. Su estética de mujeres cubiertas figura entre los mitos de la fotografía colonial. Su serie sobre hombres y mujeres cubiertas nos permite apreciar el arte performático del cuerpo retratando sus diversos ángulos en una siniestra danza poética que termina silenciándose con los mantos y los ritmos de confección. Dijéramos un metraje de la patética cinética y de la sintaxis visual corporal. El rostro queda tapado por momentos y se revela en tomas excéntricas materializando un modus de registro que explota los ambientes de luz, neblinas y sombras, celosías piadosas y muros sosegados que serán testigos de esos cuerpos completamente cubiertos.

Más allá de LasTesis, de las Pussy Riot o de las zapatistas, las máscaras pandémicas que parecieron ser un enorme silenciamiento de los rostros de las y los ciudadanos en todo el planeta, hoy gritan en Minneapolis y surgen como máscaras y pañuelos llenos de cólera, un rostro multitudinario que exige un alto al racismo y a la violencia policial, una venganza contra la sistemática violación a los derechos humanos y una terrible erosión de justicia quedada en entredicho por un fascismo policial en el mundo.

En los rostros de la comunidad norteamericana actual, las mascarillas y pañuelos alertan una insurrección contra el orden racial y patriarcal confrontando aquellos silenciamientos y recatos con los que se suelen tapar el rostro los supremacistas blancos.

Álvaro Rodríguez es historiador

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Imágenes del silencio

Álvaro Rodríguez

Imágenes del silencio: 196 abrazos contra el olvido es una muestra de 196 retratos de personas que abrazan a sus seres queridos desaparecidos durante la última dictadura uruguaya. Este proyecto fotográfico de Anabella Balduvino, Elena Boffetta, Ricardo Gómez, Federico Panizza y Pablo Porciúncula auspiciado por el Centro de Fotografia de Montevideo, el Museo de la Memoria entre otras organizaciones establecen un diálogo semántico con la fotografía de desaparecidos en un formato de fotografía de identificación. La frontalización es la modalidad en la que proceden los servicios fotográficos de identificación y antropometría en el mundo.

Si bien los retratos no son de cuerpo completo, el retrato se ocupa de registrar frontalmente a los familiares vivos con la peculiaridad de subrayar un gesto de suma potencia: el abrazo al retrato del desaparecido. Los retratados abrazan a sus familiares desaparecidos y establecen un vínculo indiscutible en un acto de contrafichaje, un anti-mugshot que además de presentar la dignidad individual presentan las manos que se aferran al retrato del ser querido desaparecido. En otrorora las manos, algunos accesorios y la vestimenta eran índices de incriminación de clase u oficio, aquí son elementos de contención de la memoria. Otra particularidad de la muestra es su formato público, pues ha sido montada en la plaza Cagancha de Montevideo produciendo un memorial público de los desaparecidos y el reclamo a la ignominiosa desaparición del terrorismo de Estado.

En el marco de la conmemoración de la vigésima quinta marcha del Silencio en Uruguay Imágenes del silencio interviene el espacio público con esta muestra que demanda la verdad y la justicia para la ciudadanía uruguaya. Para saber más de “Imágenes del Silencio: 196 abrazos contra el olvido” pueden visitar el sitio del Centro de Fotografía de Montevideo CdF.

Álvaro Rodríguez es historiador

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  • Foto: Ricardo Antúnez / CdF
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Negativo 2B

Álvaro Rodríguez

Ya el ácido va envolviendo al negativo, estas placas inefables del amor superfluo, de la necesidad de casta, de la oficialidad identitaria, de la presentación frontal en el estudio con el mismo telón de fondo, del vidrio enmarcado para revelar a los deteriorados individuos del negativo 2B del Stars Archive (Studies in Tamil Studio Archives & Society). La impronta de la corrosión es la simbiosis entre el recuerdo y el olvido, no es todavía amnesia u obliteración visual, es un residuo intermedio de la imagen trastocada, es un estado interseccional, abstracto y contiguo de la indefinición corporal de una imagen resucitada en el revelado.

La fotografía en la India es tan extensa que no se puede reducir a un sólo archivo. Las colecciones fotográficas en Tamil Nadu en la India cumplieron una función social y comercial con implicaciones en la representación. La historia de los Nilgiris ha sido rescatada y preservada por un proyecto del gobierno francés y la British Library. El Instituto Francais Pondichery (IFP) y la Asociación Stars que restituyen a la historia de la fotografía en Tamil Nadu la imagen de los Nilgiris.

Los periodos en el que los investigadores de Stars han centrado su conservación y la digitalización con técnicas modernas va del periodo de 1870 a 1970. A finales del siglo XIX es un periodo donde además se estabilizó globalmente los métodos del retrato de identidad y la fotografía de identificación gracias a Alphonse Bertillon en París. Esta transferencia técnica pudo haber tenido su eco en las técnicas británicas del retrato de identidad.

Todo proyecto de conservación se debe ocupar de centenares de negativos, fotografías en placa de vidrio y positivos forman parte del fondo visual de Tamil Studio Archives & Society. A través de estas fotografías se da cuenta de la herencia cultural del vestido, de los gestos, las apariencias y los linajes de una pueblo tan diverso como el hindú. Algunos patrocinadores de este proyecto son la Fundación de Ciencias del Patrimonio (FSP), el Centro de Estudios de la India y Asia del Sur (CEIAS) y Exposure. Para saber más de este proyecto puedes visitar su sitio o sus redes sociales.

Álvaro Rodríguez es historiador

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STARS ARCHIVE
Negativo 2B

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La Cuarta emisión de Dixit Radio

En esta cuarta emisión Carlos Jager, Ericktool y Álvaro Rodríguez hacemos un balance del 2019 y platicamos de ciertas anticipaciones, preocupaciones, pero también algunas nostalgias de lo que fue este 2019. Síganos hablamos de la Cuarta Transgénero, de la Zapatilla y de otras delicias que nos dejó el año viejo.

Historia de la Misoginia, Capítulo Uno

Álvaro Rodríguez

En el mundo de los objetos y las prótesis, los artefactos de anticoncepción tienen su historia genealógica situados en los instrumentos del castigo y la tortura, en las herramientas de la decisión y de la muerte. Quizá estas últimas las de la muerte extendidas y mucho más asistidas por una cierta mirada médica masculina que durante mucho tiempo controló y dominó los espacios de anticoncepción no siempre desde los lugares más asépticos y apropiados. Algunos otros espacios creados por mujeres que procuraron la atención inmediata en casos de urgencia y peligro. Estos espacios casi siempre clandestinos fueron perseguidos y destruidos desde mucho tiempo atrás. Las técnicas rudimentarias para atender un parto no deseado o un método anticonceptivo costo la muerte de muchísimas mujeres en camillas y sillas de exploración.

La muestra A History of Misogyny, Chapter One: On Abortion, and the repercussions of lack of acces que se presenta actualmente en el Centro de la Imagen fue presentada en 2016 en los encuentros de Arles y obtuvo el Premio de la Photo Madame Figaro-Arles y la beca Fotopress. El Fotolibro On Abortion cuidado por Dewi Lewis fue acreedor del Premio al mejor libro Aperture Paris-Photo y ha sido nominado al Deutsche Börse Award.

On Abortion muestra la primera parte de un trabajo más amplio sobre la Historia de la Misoginia una investigación visual de la artista multidisciplinaria barcelonés Laia Abril. On Abortion problematiza las condiciones históricas de precariedad con las que el aborto ha sido practicado. Los peligros inherentes a prácticas en extremo tortuosas y sumamente peligrosas que acompañan la muerte de 47, 000 mujeres cada año según esta documentación. Varillas, espinas vegetales y animales, astillas y palos, ganchos y perchas, pinzas y substancias, tubos y cordones forman parte de los instrumentos ilegales para realizar abortos. Fórceps y espéculos son algunos de los instrumentos que aún subyacen de la brutalidad obstétrica y simbolizan los objetos de invasión y perforación corporal que pueden contraer infecciones y la muerte. Los testimonios visuales y los relatos que recoge Laia Abril en esta investigación transportan al espectador por el profundo mundo de la intervención abortiva. Una silla de exploración se muestra en medio de una sala, lo que permite rodearla y situarse en el centro de estos espacios ambiguos de esperanza y dolor, de degradación y resilencia corporal. Laia Abril trabaja actualmente en dos proyectos:

Chapter two: On Rape, galardonado con el Visionary Award de Tim Hetherington Trust y que se exhibirá en Les Filles du Calvaire en 2020; y el Genesis Chapter: On Mass Hysteria, nominado al Prix Elysée”.

Fotocolectania

On Abortion. A History of Misogyny – Chapter One: ON ABORTION, and the repercussions of lack of access es una exposición cuidada y coordinada por Andrea Celda para el Centro de la Imagen que hace del Festival FotoMéxico un recorrido de enormes dimensiones reflexivas en estos tiempos de reacción falocéntrica patrialcal. On Abortion, pone en el centro de la discusión, la violencia psicológica y corporal que implica un tratamiento precario en los cuerpos de quienes han procurado su práxis.

Álvaro Rodríguez es historiador

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Textos en español de A History of Misogyny, Chapter One: On Abortion, Laia Abril.

On Abortion. A History of Misogyny – Chapter One: ON ABORTION, and the repercussions of lack of access , Centro de la Imagen, 2019.

Shunga

Álvaro Rodríguez

La pintura shunga es un género de producción visual japonés también conocidas como estampas de primavera o del mundo flotante, dibujos, estampas, grabados y xilografías donde el sexo es el paroxismo de la representación durante el periodo Edo (1603-1867), aunque estuvo regulada como material explícito, este género dominó la cultura popular impresa del japón con una sensualidad y soltura que las shunga se convirtieron en un material muy buscado y preciado por el pueblo.

En las imágenes de primavera los personajes cotidianos podían mantener relaciones sexuales de todo tipo, incluso con animales, seres fantásticos y monstruos de la mitología. Imágenes heterosexuales, homosexuales y zoofílicas, las shunga pueden considerarse imágenes antecedente de la pornografía oriental a fines del siglo XIX. Las shunga mostraban relaciones que podían despertar toda clase de ensoñaciones y fantasías de jóvenes inexpertos, de célibes y seguramente personas que por su condición mantenían relaciones onanistas o prohibidas. Las shunga se consideraron imágenes bellísimas llenas de colorido, de una experimentación en la hipertrofía de los órganos sexuales, del bestialismo, de las cavidades corporales, de los contactos y de las fornicaciones múltiples. Como las imágenes santorales, las shunga también podían ser consideradas imágenes muy potentes para proteger a los individuos de los incendios, acompañar a los samuráis en la soledad del servicio y de los abandonos de sus esposas y viceversa.

En la película de La Región Salvaje de Amat Escalante, uno de los principales actores del argumento de la película es un monstruo tentacular cuya función sexual tiene una referencia muy evidente con el célebre grabado de Katsushika Hokusai: El sueño de la esposa del pescador-Tako to ama, El ama y el pulpo- y que ilustró el libro Kinoe no komatsu en 1814 e influenció el filme Shindo Kaneto-Hokusai Manga mejor conocida como Edo Porn. La imagen tiene otro eco en la película de horror Possesion 1981 del director Andrzej Zulawski, donde un octopedo es la siniestra posesión de la fascinación sexual de la protagonista Anna (Isabelle Adjani).

Las shunga más allá de su sentido explícito, son imágenes muy potentes de la sensualidad, de lo extramarital y de la fantasía que produce lo copular, de manera que su gran éxito se debió al deseo reprimido que estalló en un mercado de consumo de imágenes sin precedentes. Artistas y pintores occidentales fueron aficionados y coleccionistas de estas imágenes, desde impresionistas hasta pintores abstractos como Picasso, las shunga fueron alimento para sus espíritus, bajo ese colorido que deslumbra en las xilografías de copulación, “lo oscuro esta por siempre”.

Álvaro Rodríguez es historiador

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Kinoe no komatsu 1814, de Katsushika Hokusai en British Museum

Dixit Radio – Entrevista a Miguel Ángel Fernández Delgado

Estuvimos con el historiador y jurísta Miguel Ángel Fernández Delgado charlando sobre los retrofuturos en la ciencia ficción mexicana decimonónica en el marco del 2do Encuentro de Estéticas de la Ciencia Ficción 2019 en el Centro Nacional de las Artes.

¿El derrumbe de la estatua?

Álvaro Rodríguez

La enorme aportación del museo universitario de arte contemporáneo de la UNAM en la formación de públicos es incontestable. Sería imposible nombrar aquí en lo que lleva de vida el recinto, la ingente cantidad de exposiciones, temas y dispositivos museográficos puestos a prueba en sus interiores. Otra enorme aportación de su labor es educativa y de mediación con sus públicos. Su inteligencia inicial de poner a disposición sus catálogos en formato electrónico resulta de un compromiso sin parangón en el continente, con la formación de un centro de documentación especializado en arte contemporáneo y con una abierta difusión electrónica de sus catálogos, no sólo para su venta en físico que claramente vale mucho la pena adquirir, el Museo es más que un proyecto cultural, es una casa de formación para la crítica y la producción artística. En esta tesitura convengamos en comentar una exposición y un catálogo que ayuda a entender el paso de lo que José Luis Barrios en El derrumbe de la estatua, ha llamado “lo conmemorativo” hacia las prácticas de transformación de esos artefactos llamados monumentos.

El texto curatorial para la exposición del mismo nombre tuvo lugar en el MUAC y es de una actualidad muy evidente en el contexto de las manifestaciones feministas en el espacio público. Este catálogo debería ser leído aquí y allá, y casi procurar su distribución en librerías de Taibo II para darle visibilidad a la crítica de las empresas y políticas del Estado que se ocupan de dominar el espacio público desde hace más de un siglo, en un espíritu conmemorativo y de celebración. El derrumbe de la estatua supone una negociación democrática por establecer un debate sobre el estatuto del espacio público, su ocupación y su simbolización. También a través de la intervención se pone en juego la legitimidad de quién debería y tendría el derecho a ocupar los espacios de memoria, los imaginarios políticos y los símbolos del régimen. Para una generación milenial que creció con el MUAC, el derrumbe de los monumentos obedece a un derecho de accionar con soberana libertad el espacio público a través de:

“la intervención, situación y acción como crítica y derrumbe de monumentos, ya sean imaginarios, simbólicos o reales”…

Jose Luis Barrios, El derrumbe de la estatua, Folio, MUAC-UNAM, p.14.

…un espacio lleno de estatuas y monumentos producto de una historia patriarcal que le habla a los caudillos y a los patriarcas que nacieron y vivieron en el porfiriato y la revolución mexicana, personajes que caen uno a uno en esta era de la hiperconexión desideologizada o construida por valores distintos al orden y al progreso decimonónico.

¿Por qué molesta tanto las acciones y las intervenciones a mausoleos y cementerios del pasado?, porque en ellos lo que se conserva y se preserva es el imaginario del régimen, el patrimonio del Estado basado en piedras sepulcrales y prístinas que custodian el mito falocrático y fundacional de la nación. Esta monumental ciudad es el adversario epistémico que están enfrentando las mujeres en su andar cotidiano, en su posicionamiento político, en sus demandas ciudadanas de respeto. Es con el derrumbe de estos símbolos, a los que de modo irrenunciable el ciudadano tendría que contestarle a la violencia sistémica del Estado.

La desaparición, el acoso y la violación son símbolos implícitos de estos mármoles blancos, de estos laureles y fascios que ornamentan las beneméritas glorias de la historia de bronce de un país colonizado, emancipados de sus colonizadores y doblegado y aplastado por sus gobernantes.

Frente a ello, la reacción de amplios sectores, incluidas algunas mujeres convencidas de la función de patriarcado denostan la protesta, la intervención a esos hitos fundacionales del poder y desacreditan toda crítica que pueda darle voz a la discrepancia y al repudio de las estructuras perpetradoras de la violación al cuerpo político femenino. En buena medida si el movimiento feminista sabe accionar estéticamente en el espacio público es porque alguna repercusión en la teoría como en la práctica está siendo críticamente leída y perfectamente aplicada bajo el lema: “en México como entre las naciones el respeto al cuerpo ajeno es la paz y si no, la guerra”.

Álvaro Rodríguez es historiador

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¿La izquierda?

Börries Nehe

Más escalofriante y preocupante que el rápido avance de la ultraderecha me parece la total incapacidad de la llamada “‘#izquierda” de pensar de forma medianamente compleja lo que está pasando en el mundo, de formular discursos más allá de narrativas simplistas y anticuadas, su inquebrantable fidelidad a y fe en los grandes caudillos (hombres) políticos, su profundo y desesperante rechazo de cualquier autocrítica. Lo último que les queda de hacer es reunirse, cada medio año, bajo el techo de un “antiimperialismo” vacío para defender de forma intransigente a los #Ortega, #Maduro o #Evo (e incluso a los Putins y Assads). Su mayor “triunfo” es la salida de la cárcel de #Lula.

En América Latina llevan 15 años diciendo que ante el ataque del imperio o de “la derecha”, no es momento de criticar (en otras partes del mundo son unos años más, unos menos). Hoy por hoy, la “izquierda” no es más que una bola de gentes y organizaciones cuyo único proyecto parece ser la defensa de lo poco que les queda de espacios de poder en el estado. El avance de las ultraderecha es ciertamente muy preocupante, pero más preocupante aún me parece pensar que no tenemos nada que oponerles, porque no tenemos un campo de habla y de acción compartido – por lo menos no un campo que se llamaría de “izquierda”.

Ese campo dejó de tener sentido, dejó de tener capacidad de interpelación y dejó de ser. La oposición a la #derecha (y la construcción de un mundo mejor) no pasa por la izquierda, sino por otra cosa que no tiene – y quizás nunca tendrá – un nombre que lo abarca todo.

Börries Nehe es latinoamericanista por la UNAM y actualmente coordinador del grupo de investigación sobre autoritarismos y contra-estrategias de la fundación Rosa Luxemburg.

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Bolivia, el golpe múltiple

Álvaro Rodríguez

Este domingo Evo Morales anunció su renuncia, una dimisión forzada a la presidencia del Estado plurinacional de Bolivia. Las razones vienen de un cruce de circunstancias que hacen de su lectura un escenario sumamente complejo a los ojos de sus propios ciudadanos, un golpe de Estado olímpicamente orquestado desde la embajada de los EU, la OEA y la ultraderecha boliviana. Los discursos de odio y racismo que provienen principalmente de los adversarios políticos de Morales (Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho) se cruzan con el proceso electoral del 20 de octubre pasado, con una mínima diferencia porcentual del 10 % que favorece a Morales sobre los puntos de Mesa.

Tras los resultados y después de acusar los comicios electorales de un supuesto fraude por la misión de observadores de la OEA, la respuesta también de sectores populares que no han encontrado en las últimas políticas de Evo una postura clara frente a las promesas de nacionalización de sectores energéticos y productivos, principalmente alimentarios, han dejado un campo de acción a una ultraderecha oportunista del Comité Cívico de Santa Cruz que se ha aprovechado de la coyuntura para hacer un llamado violento y de persecución a derrocar al Estado plurinacional e incendiar su principal símbolo: la Whiphala. Corporaciones empresariales, de seguridad y del ejército han participado de un clima de inestabilidad que pareciera ya orquestado desde hace más de una década con un proyecto reaccionario, racista y fanático.

Este golpe es un golpe múltiple, pero es un golpe político fundamentalmente a “las mujeres, a sus organizaciones sociales e indígenas”, es un golpe que no sólo debilita el estado de derecho, sino a las corporaciones sociales del estado plurinacional quienes fueron ganando terreno en material constitucional y social.

Bolivia se encuentra en entredicho y si bien Evo Morales tuvo muchas críticas y demandas sociales por su probable permanencia en el poder, lo cierto es que las políticas y reformas impulsadas por “el proceso de cambio” quedarán en manos de quienes ven en estas reformas obstáculos para implantar la religión, el ostracismo, el saqueo y un plan de exterminio social por los dineros del Capital.

El futuro para los pueblos indígenas sin Evo es ineludible visto desde las mismas organizaciones indígenas a quienes “el proceso de cambio” también les trajo una carga de victimización, estereotipación y racismo concebida desde el mismo gobierno de izquierda. El balance seguramente lo tendrán las asambleas comunales quienes decidirán por encima del ejército, la policía y los fanáticos religiosos su próximo destino.

Álvaro Rodríguez historiador

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